EDITORIAL
2 comentarios Probablemente sin pretenderlo Gay ha hecho la mejor definición posible para el Constitucional, un tribunal, efectivamente, secuestrado por los intereses políticos y puesto al servicio del partido gobernante.
José García Domínguez
O como si el tono medio del periodismo se situase muy por encima de esa triste indigencia intelectual que se achaca a los profesionales de la política. ¿Y qué decir de nuestros empresarios?
Juan Velarde
La liquidación de las frases peligrosas, que orientan hacia direcciones populistas, fáciles, aparentemente cómodas, es una de las obligaciones de los economistas. Y no debe importarnos hacer de aguafiestas.
Pablo Molina
La soberanía de la nación reside en el pueblo español pero tal exigencia constitucional no parece extenderse a los máximos órganos jurisdiccionales, cuya composición depende de lo que opinen al respecto las cúpulas de los principales partidos políticos.
Pío Moa
La Iglesia apoyó al franquismo porque éste la salvó, literal y físicamente, del genocidio.
Agapito Maestre
La provisionalidad del zapaterismo ha llegado a todas partes. Ahora le ha tocado al Tribunal Constitucional, que ha vivido en los últimos años "a salto de mata", dicho en honor a la verdad, con la colaboración del PP.
Daniel Rodríguez Herrera
Ni tomar las plazas, ni las calles, ni montar algaradas callejeras ni reventar sitios web son medios aceptables, sean cuales sean los fines. Poner silicona en las vías de acceso a la web no puede estar permitido en un Estado de Derecho.
GEES
Ese comportamiento sólo lo hemos visto en los piqueteros argentinos: esta es una de las claves del asunto, porque el 15-M representa la llegada a España de este movimiento.
Emilio J. González
Lo suyo es ejecutar en el Ministerio las políticas de esos sindicatos a los que tantos favores hace, sin entender que la raíz de nuestros problemas se hunde profundamente en la rigidez del mercado laboral.
Juan Morote
No podemos dejar de observar la conexión entre el abandono de Ángel Acebes y el de María San Gil o José Antonio Ortega Lara: todos abandonaron la política después de haber sido abandonados por su partido.
José Antonio Martínez-Abarca
Lo único que se respeta ya aquí y tiene absoluta fuerza vinculante son los decálogos fumetas salidos a mano alzada desde sus sentadas y kedadas.