EDITORIAL 3
Nuestro Gobierno se ha endeudado sin medida y, como se niega a dejar de vivir por encima de sus posibilidades, sigue emitiendo deuda alegremente en el extranjero, unos bonos garantizados por un Estado que cada vez ingresa menos y gasta más.
Alberto Recarte 2
Un mundo globalizado exige solvencia en las instituciones financieras y límites claros al endeudamiento de los estados. Todos parecemos ser conscientes de esas limitaciones menos nuestros políticos.
José García Domínguez
Todo un presagio del implacable rigor y la férrea disciplina fiscal que el Partido Popular piensa imponer a las comunidades díscolas en cuanto se instale en el poder.
Juan Velarde
La reforma seria de todo esto exige el que nos mantengamos en el área del euro. La alternativa sería un hundimiento de nuestra economía en medio de una colosal fuga de capitales, y una fuerte inflación obliga a medidas muy costosas.
Pablo Molina
Como en los tiempos del Caudillo, los problemas actuales de nuestra deuda soberana obedecen según el Gobierno a una conspiración extranjera seguramente urdida por la judería internacional.
Daniel Rodríguez Herrera
Qué quieren que les diga. Si nos ponemos es muchísimo menos injusto un canon digital que una subvención directa del Gobierno, que correría a cargo de todos de forma aún más discriminada.
Agapito Maestre
¿Quién sería el ingenuo de pensar que, después de casi treinta años en el gobierno regional, los socialistas iban a dejar limpia la comunidad?
José Antonio Martínez-Abarca
Son éstos tiempos delicadísimos en los que, para no asustar a nadie, tenemos el deber patriótico de decir, como Rajoy, que España es "solvente". Al menos tanto como para seguir sin hacer amago de echar mano a la cartera, que eso es de pobres.
GEES
Por ahora parece poco probable que se produzca un efecto dominó, también porque las élites árabes son las primeras que se benefician de las actuales estructuras.
Juan Morote
Echarle la culpa al mercado es como pretender responsabilizar a los ciudadanos de todo el mundo de lo que cada Gobierno ha hecho mal.
Bernd Dietz
Ahora se trata de apagar el incendio de la pavorosa deuda con gasolina, pues los indignados no perciben la viga en el ojo de quienes gastaron a mansalva proclamando "su" derecho humano, o más propiamente divino, a derrochar con displicente largueza.