No es, por supuesto, la Segunda República tal como fue realmente lo que concita la nostalgia. Es la idea de que rompió, por una vez, con una historia maldita.
Hamás lleva años envenenando los corazones y las mentes de los niños palestinos, y ahora está ensayando una nueva técnica de lavado de cerebro: el exorcismo.
Gracias a Mario, decenas de miles de jóvenes intentaron también convertirse en tiburones de los negocios, y como tales comenzaron a actuar. Hoy votan a Podemos.