El proceso que negoció ETA con Zapatero ha seguido avanzando poco a poco, frente a una sociedad vendida, anestesiada y con pocos o nulos principios morales.
En Cataluña, como en los peores tiempos del País Vasco, la política consiste en disimular y justificar el terrorismo, ya sea de ETA o de su filial Terra Lliure.
Para muchos, el ideal sería que el Estado facilitara un empleo óptimo para todos los parados. Mientras tanto, debería concederles un generoso subsidio.