Que la socialdemocracia, condescendiente con los nacionalismos, rija en España a través del PP nos garantiza una larga, silenciosa y sólida decadencia.
Hay un dato, un simple dato, que lo explica todo sobre Venezuela: teniendo 30 millones de habitantes, su economía es igual que la de Chile (17 millones).
Sorprende la incongruencia de que las autoridades proclamen su disposición a acoger a los refugiados: en Ceuta ponen altísimas vallas para que no las salten.
La "prueba del algodón" del sometimiento al nacionalismo de los catalanes no nacionalistas es que dejan de reclamar la escolarización en español en todos los centros de enseñanza.