Estamos ante un sujeto torturado que reacciona de mala manera por la incredulidad que le produce el que alguien que no sea Mas le deje con la palabra en la boca.
Con ellos, enemigos jurados de Cataluña y del resto de España, no hay 'operación Diálogo' que valga. Ceder ante semejante hatajo de liberticidas sí que sería "el fin del Estado español".