Poco podemos hacer, vino a decir el rey, para salir de esta puñetera situación de incomodidad general. No tenemos otra opción que quedarnos como estamos, nos guste mucho, poco o nada.
Por una vez (y espero que sirva de precedente) me siento acorde con las comadres feministas. Los úteros de alquiler constituyen una afrenta a la dignidad de la mujer.
Veinte años después de aquellos días de pasión y muerte, la banda etarra y sus cuates 'moderados' ven cómo la Izquierda asume todos sus objetivos políticos.