Con el Estado desparecido en Cataluña, a nadie puede extrañar que los nacionalistas se dispongan a perpetrar una irreparable fractura social con el espantajo del 1-O.
En Francia, las corridas de toros no están prohibidas como en Cataluña y la tauromaquia en Céret es una manifestación artística impregnada de una catalanidad auténtica.
Este libro sigue siendo tan necesario como cuando se publicó, en febrero del año pasado; porque el heroico LL, aunque excarcelado, sigue preso y porque Venezuela sigue siendo un "Estado fallido" en manos de una narcomafia asesina y cleptómana.
Hay localidades españolas que estarán encantadas de recibir a los extranjeros que ahuyenten los turistófobos de Barcelona. Pero ¿y si los ahuyentan a todos?