Venezuela se rompe en pedazos y las FARC van a crear un partido político. Lo anunciaron a bombo y platillo. ¿Para qué? Para repetir la agonía venezolana.
En los seis primeros meses de 2017 murieron como consecuencia de la guerra 1.662 civiles, lo que supone un incremento del 2% respecto al mismo periodo de 2016.
La voluntad compartida de romper España explica la entusiasta acogida que el bloque secesionista tributó al etarra Arnaldo Otegi en el Parlamento de Cataluña.
Charlie morirá pronto en el hospital porque el Estado no quiso permitir que sus padres intentaran salvarle vida, y ahora no permite que pueda morir en casa.
Van quedando en los cargos los que tienen el punto de fanatismo o de cinismo suficiente como para seguir adelante sin dudarlo. El caso de Puigdemont es paradigmático.
La única forma de elevar automáticamente el nivel en toda España pasaría por pruebas de carácter nacional: las célebres reválidas que propuso el satanizado ministro Wert.