Contra España, que siempre los agobia.
También contra Rajoy, que les da rabia.
Contra Qatar (¡huy, no!); sí contra Arabia.
Y contra la insufrible xenofobia.
La cuestión hace tiempo que dejó de ser cómo evitar la quiebra del ordenamiento constitucional en Cataluña, porque de lo que se trata es de ver cómo restablecerlo.
En época de jeremiadas anticapitalistas contra el turismo, nada mejor que publicitar lugares en los que gastar el dinero para incrementar la 'felicidad hedónica'.
Me produce una gran desazón el hecho de que, ante un tímido y protocolario Pacto Antiterrorista, algunos partidos nacionalistas o de izquierdas se nieguen a firmarlo.