Aunque las pierda o no llegue a gobernar, las elecciones de este jueves, Cs habrá satisfecho el propósito capital para el que fue concebido: restaurar la realidad.
Pensar que un referéndum es la solución no es más que otra quimera. Peor aún que creer que la política tiene soluciones definitivas para todos los problemas.
Si los sediciosos revalidan su derecho a seguir gobernando lo harán, sin duda, con el refuerzo moral que les otorgará la victoria en una consulta democrática e impoluta.
El más miserable de los dogmas del feminismo de género es el que dice que el sexo masculino como un todo ha organizado, histórica y estructuralmente, una caza en manada contra las mujeres.