Rajoy cree que el efecto Ciudadanos es coyuntural en el tiempo y en el espacio -hoy y en Cataluña- y que se desvanecerá como un espejismo cuando haya que votar.
Desde el maldito día en que Rajoy quiso que se votara en Cataluña antes de juzgar a los golpistas, lo que ve cualquiera es una ola de opinión a favor de Ciudadanos.
Rodríguez tiene razón en sus críticas a las políticas europeas, profundamente intervencionistas, pero la solución no debería ser aún más intervencionismo sino menos.
Nuestros poetas (que hoy tampoco discrepan, pásmense) aportan sus ideas para el nuevo nombre del partido de la gente. Monsieur de Sans-Foy centra y Fray Josepho remata.