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Thomas Sowell

Ideas sueltas

Nuestros problemas económicos no me preocupan tanto como las soluciones políticas que se están planteando para resolverlos.

Una de las habilidades más importantes para tener éxito en política es la capacidad de hacer afirmaciones tajantes sobre asuntos absurdos o falsos.

Odio oír hablar de "asociaciones" entre el sector público y el privado o entre el Gobierno y otras organizaciones. ¿Cuándo se ha formado una sociedad entre una hormiga y un elefante? ¿Quién se supone que va a tomar las decisiones?

Hay demasiada gente, especialmente entre la élite intelectual, que nunca apreciará las cosas que han hecho grande a este país hasta que hayan sido destruidas (por supuesto con su ayuda). Entonces, claro, será demasiado tarde.

¿Cómo puede salir reelegido con un amplio margen un presidente durante cuyo mandato el desempleo nunca ha bajado del 15%? Pues Franklin Delano Roosevelt lo logró echándole la culpa a la Administración anterior. Barack Obama podría conseguirlo de una forma parecida.

¿Quiere usted hacer frente a trabas burocráticas cuando está enfermo? Si no es así, ¿por qué iba a ser favorable a la sanidad pública?

Los demócratas podrían vender neveras a los esquimales antes que los republicanos mantas.

Cualquiera que desee entender la crisis inmobiliaria sin tener un dolor de cabeza por la jerga económica debería leer el nuevo libro de Mark Zandi Varapalo financiero.

Los seres humanos van a cometer errores, ya sea en el mercado o en el Gobierno. La diferencia es que la supervivencia en el mercado exige admitir esos errores y cambiar de estrategia si no se quiere ir a la quiebra. Pero la supervivencia en política exige negar los errores y mantener las malas políticas echando la culpa a los demás.

Nuestros problemas económicos no me preocupan tanto como las soluciones políticas que se están planteando para resolverlos.

Una de las maravillas de nuestro tiempo es cómo se presta más atención a las condiciones de vida de un puñado de asesinos encerrados en Guantánamo que al principal patrocinador internacional de terrorismo, que está a punto de hacerse con armas nucleares.

La gran urgencia con la que la Administración Obama ha sacado adelante la legislación que le autoriza a iniciar proyectos a muy largo plazo podría parecer incoherente. Pero la urgencia es real, incluso si los motivos que se ofrecen no lo son. El peor panorama para Obama sería que la economía empezara a recuperarse sola antes de aprobarse esta ley, reduciendo así su margen de intervencionismo.

En Sociedad

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