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Fundación Heritage

Obama y la Cumbre de las Américas

Los líderes latinoamericanos están en busca de cabezas de turco y Obama no debería permitir que lo conviertan en una. Sería demasiado simple –por no decir incorrecto– que esos líderes se libraran de aceptar sus propias responsabilidades

El presidente norteamericano está nuevamente de gira por segunda vez en menos de tres semanas y esta vez visitando Trinidad y Tobago con motivo de la quinta Cumbre de las Américas, donde se reunirá con los líderes del hemisferio occidental.

Ya que la situación económica ha cambiado en tan sólo un año para muchas de las economías representadas en esta cumbre y dadas las renovadas amenazas de agresión y terror en el mundo, no cabe ninguna duda de que habrá muchos asistentes deseosos de oír lo que tenga que decir Obama. Pero si el presidente solamente se la pasa pidiendo disculpas en sus declaraciones, tal y como lo hizo en su viaje europeo, Obama estará dejando pasar una magnífica oportunidad de dar a conocer su mensaje.

Buscando escribir un nuevo capítulo en las relaciones con América Latina, Obama podría aceptar la errada visión izquierdista sobre que la llamada "arrogancia" americana es la culpable del desastre económico que afecta al mundo o sobre que la pobreza se debe al "capitalismo salvaje" de Estados Unidos y otras potencias occidentales, algo que el presidente venezolano Hugo Chávez recientemente denunció.

Con muchas de las economías más importantes de América Latina sufriendo a causa de la recesión mundial, los líderes regionales están en busca de cabezas de turco y Obama no debería permitir que lo conviertan en una. Sería demasiado simple –por no decir incorrecto– que esos líderes se libraran de aceptar sus propias responsabilidades, echándole la culpa de sus problemas a la situación mundial creada por "la gente blanca, rubia, de ojos azules", tal y como afirmó recientemente el presidente de Brasil, Ignacio Lula da Silva. 

Obama debería rechazar semejante tontería retórica y recordar en la cumbre que las razones por las que estamos en esta recesion global son muchas y no pueden ser atribuidas a una sola nación. Permitir que se convierta a Estados Unidos en cabeza de turco a manos de los izquierdistas solamente serviría para fomentar una agenda antiamericana y anti libre mercado en América Latina. Chávez no está solo en esa labor ya que lo acompañan varios aliados de izquierdas como Evo Morales o Daniel Ortega. Por tanto, Obama debería defender a Estados Unidos con firmeza en la cumbre y dar muestra del tan necesitado liderazgo americano.

Obama debería insistir en la defensa de las instituciones democráticas, la promoción del libre comercio, los derechos humanos y la necesidad de defender el Estado de Derecho. Habiendo ganado unas elecciones históricas, Obama entiende bien la importancia de unas elecciones libres y justas en una república democrática.

En asuntos relacionados con la economía, habrá que insistir a favor de la eliminación de barreras comerciales con el fin de fortalecer los vínculos con América Latina. Y a pesar de que el tratado de libre comercio con Colombia sigue en punto muerto y que el Congreso americano recientemente inició una guerra comercial con México, Obama debería comprometerse a reparar esos errores y rechazar la política del proteccionismo.

Con respecto a la seguridad nacional de Estados Unidos, Obama debería recordarles a los líderes reunidos en la cumbre que el antiamericanismo no ayuda a tener una relación productiva. Las armas nucleares no son un peligro en el hemisferio pero sí lo son el narcotráfico, las bandas criminales, el mercado negro y el endémico caos legal. Estados de otras zonas como Rusia o Irán están a la caza de ocasiones para crear embrollos en América Latina.

Obama se enfrenta a grandes expectativas en esta cumbre. América Latina es un socio comercial importante y las buenas relaciones con esa región son vitales. Obama tendrá que hilar fino prestando atención a las quejas que se le presenten mientras que al mismo tiempo deberá defender la fortaleza de las ideas que Estados Unidos representa en estos momentos tan inciertos que vivimos.

©2009 The Heritage Foundation
* Traducido por
Miryam Lindberg

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