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Amando de Miguel

Palabras y acepciones

Durante mucho tiempo, el principal uso de la electricidad doméstica fue la luz. Por cierto, los primeros "recibos de la luz", cuando no había contadores, se basaban en el número de bombillas que había en la casa.

Francisco Gómez certifica que en su Salamanca natal se decía "coger" para el acto de cubrir a la vaca por el toro. Así pues, ese sentido no es sólo de los extremeños y andaluces como yo decía. Por lo menos queda claro que eso de "coger" como "joder" (= copular) no es un capricho de los argentinos.

Sebastián Contín (Zaragoza) asegura que en su tierra "ir hecho un chambergo" equivale a ir mal vestido, mal peinado, desastrado. Por otra parte, Donostia equivale a Don Stián o San Sebastián. Además, Gasteiz era una aldea cercana a la ciudad de Vitoria, fundada ésta por los reyes de Castilla.

Eduardo Fungairiño (Madrid) confirma que Donostia es Dóminus Sebastiana, como Pasajes de San Juan proviene de Dóminus Geovani. Para los vascos el "san" es "Dóminus". Por lo mismo Txapela deriva del latín capella. Francamente, no veo el enlace, pues capella es "cabrita", pero don Eduardo tendrá sus razones.

Daniel Gutiérrez Martínez apunta que en su tierra de origen (Aranda de Duero, Burgos) se distingue el camarote o trastero, que equivale a lo que en otras partes llaman "desván" (Añado que en otras partes de Castilla el desván es también el sobrado o latroje). El espacio que hay entre la planta de vivienda y el desván se llama en Soria "cámara". Nada tiene que ver con "bóveda", como yo sugería. Estupenda diversidad.

Fernando Carrasco Schirmer (Ningbo, China) me dice que tiene un "permiso internacional para conducir" [automóviles] y en la portada dice que "no es valedero para España". Don Fernando considera que ese "valedero" hubiera sido mejor "válido". Tampoco hay que hilar tan fino. Opino que son dos palabras intercambiables. Lo que me parece incongruente es que un permiso para conducir en todos los países no valga para España.

Antonio López Desilva (Cartagena, Murcia) se maravilla de esa construcción de "sustantivo + i + adjetivo" para formar palabras descriptivas de algo que resulta llamativo. Señala esta lista:

Cachicuerno (= navaja con el mango de cuerno)
Astifino (= dicho de un toro con cuernos largos)
Cuernicorto (= ídem con cuernos cortos)
Paticorto (= piernas cortas)
Patilargo (= piernas largas)
Patizambo (= piernas abiertas)
Patitieso (= que se queda frío de repente, sorprendido)
Cejijunto (= entrecejo muy poblado)
Alicaído (= triste, desanimado)
Cabizbajo (= triste, abatido, como con la cabeza inclinada hacia abajo)
Peliagudo (= difícil de resolver)
Patidifuso (= parado de asombro)
Ojiplático (= sorprendido, con los ojos como platos)
Culijusto (= individuo inquieto)

La lista es ingeniosa, pero no me parece exhaustiva. Añado algunos otros términos con la misma construcción:

Pelirrojo (= pelo rojizo)
Zanquilargo (= piernas largas)
Culibajo (= piernas cortas)
Cuellicorto (= corto de cuello)
Pechibreve (= dicho de una mujer, con pechos pocos pronunciados; puede ser un elogio)
Patiperro (= aficionado a callejear)

Obsérvese que muchas de esas palabras se refieren a situaciones o tipos humanos poco elegantes.

Vicente T.A se queja de que muchas veces se dice "la luz" en lugar del término más adecuado de "la electricidad". Don Vicente opina que esa sustitución es un "empobrecimiento de la lengua". No estoy de acuerdo. La expresión "el recibo de la luz" (= la factura de la compañía de electricidad) es imaginativa. Se trata de una figura gramatical muy elegante: la metonimia (= designar una cosa por otra concatenada). Por otro lado, la "luz" es, a su vez, una metonimia del objeto bombilla o lámpara eléctrica. Encima "electricidad" deriva de una palabra que en griego significa "ámbar". Todo es metonimia. Recordemos que, durante mucho tiempo, el principal uso de la electricidad doméstica fue la luz. Por cierto, los primeros "recibos de la luz", cuando no había contadores, se basaban en el número de bombillas que había en la casa. Era un derroche, pues solían estar encendidas todo el día como un símbolo de bienestar. El Diccionario oficial, con buen acuerdo, dice que uno de los significados de "luz" es "corriente eléctrica". Hay otros; por ejemplo, "una persona con pocas luces" (= tonta, inculta) o "dar a luz" (= alumbrar, parir). Recordemos que la gracia de un idioma está en la polisemia.

En un comentario anterior, a propósito de las "comisiones de investigación" (que no son ninguna de las dos cosas) deslizaba yo la palabra "paripé". Luis Martin Jadraque me pregunta por la filiación de esa palabreja, que él considera galicismo. Pues no. Se trata de una voz del caló "parirpén", que significa fingimiento, simulación, hipocresía. Como puede verse, es muy útil para aplicarla a la vida española.

En España

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