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EDITORIAL

Una lista con luces y sombras

La sustitución de Galeote por alguien como Teresa Jiménez Becerril, o la persistencia de Vidal-Quadras, no hacen, sin embargo, menos criticable la injusta defenestración de un eurodiputado tan conocido y querido por el electorado popular como Luis Herrero

El Partido Popular por fin ha hecho pública su lista electoral para los próximos comicios europeos del 7 de junio, en la que Luis de Grandes aparece como número dos y en la que, finalmente, no está incluido el hasta ahora "número tres" del PP en Europa, Gerardo Galeote. Como se recordará, este eurodiputado ha sido vinculado por el juez Garzón en el "caso Gürtel", si bien la Fiscalía Anticorrupción ha rechazado en dos ocasiones su imputación en la supuesta trama de corrupción liderada por Francisco Correa y que salpica a algunos miembros del PP. Según fuentes de Génova, la ausencia de Galeote, tras quince años como eurodiputado, se ha producido "a petición propia" para "no perjudicar la candidatura" de Mayor Oreja y evitar convertirse en "el eje de la campaña".

Aunque el principio de presunción de inocencia debe ser siempre defendible, y aunque la buena labor de Galeote en Europa haya sido reconocida hasta fuera de las filas del PP, su ausencia en estos comicios es una decisión acertada y sensata que, ciertamente, evitará al PSOE manejar las sombras de la sospecha contra sus adversarios políticos. Más aun en una campaña electoral que va a girar, como es previsible, en torno a asuntos domésticos, poco o nada relacionados con el ámbito europeo, y en la que los socialistas se aferrarían a buen seguro a este supuesto caso de corrupción que salpica al PP, por mucho que en él Galeote ni siquiera esté imputado. En cualquier caso, esta asunción de responsabilidades políticas por parte de Galeote –pues de eso se trata, tanto si ha sido decisión propia como si no– contrasta con la persistencia como Tesorero del PP de Luis Bárcenas, sobre el que se ciernen tantas o más sospechas en el ya citado caso Gürtel.

La sensata sustitución de Galeote por una persona como Teresa Jiménez Becerril, o la persistencia de Vidal-Quadras como número cuatro, no hacen, sin embargo, menos criticable la absurda e injusta defenestración de un eurodiputado tan conocido y querido por el electorado popular como es Luis Herrero. Más aun teniendo en cuenta la brillante y conocida labor en defensa de la libertad de los medios de comunicación, de los derechos lingüísticos o de la libertad en países como Cuba o Venezuela que Herrero ha protagonizado valientemente dentro y fuera de la sede parlamentaria europea. Así paga, sin embargo, Rajoy una independencia que nunca estuvo reñida ni con la lealtad ni con la mejor representación de los valores y de los votantes del Partido Popular.

Por lo demás, se trata de una lista previsible, de continuidad en la que alrededor del 70 por ciento de los actuales miembros del Grupo Popular vuelven a formar parte de la candidatura; una lista que, además del activo que supone Mayor Oreja, va a verse beneficiada por la absoluta incompetencia del Gobierno de Zapatero a la hora de afrontar una crisis que, se quiera o no, va a constituir el eje de estos comicios europeos. Al margen del desinterés por la política europea, detectable hasta en los propios candidatos, los previsibles buenos resultados del PP en estos comicios serán sin duda aprovechados por Rajoy, cuya posición de liderazgo ya se ha visto reforzada tras las elecciones vascas y, sobre todo, gallegas. Estrasburgo es una etapa necesaria, aunque no suficiente para la meta monclovita a la que aspira Rajoy. En cualquier caso, cada vez resulta más probable que Rajoy termine por heredar del desgobierno de Zapatero lo que aspiraba a recibir del buen gobierno de Aznar.

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