Menú
Amando de Miguel

Historia de una muletilla

Lo que no parece es que durante ese periodo inaugural de los cien días los periodistas, comentaristas y políticos se iban a abstener de criticar al Gobierno.

Por todas partes se oye ahora la frase hecha convertida en muletilla: "a Obama se le acaban los cien días". "Todavía no se puede criticar a los nuevos presidentes, López o Núñez Feijoo; a ambos les quedan muchos días para cumplir los cien días". ¿De dónde viene ese plazo tan redondo y qué significa?

Un precedente pudiera ser el periodo que transcurrió desde el desembarco del depuesto Napoleón Bonaparte en Cannes hasta su derrota final el Waterloo. Fueron algo más de tres meses. Los cien días fueron exactamente los que estuvo ausente de París Luis XVIII hasta la derrota final de Napoleón. El prefecto de París acuñó la frase de los cien días para expresar el forzado exilio del Rey, pero ha quedado en la Historia como el último intento de Napoleón para recuperar el poder.

La expresión recobró una nueva vitalidad con la duración del 73º congreso (extraordinario) de los Estados Unidos, del 9 de marzo al 16 de junio de 1933, el que inauguró la presidencia de F.D. Roosevelt y marcó la lucha contra la crisis económica (Depresión). Fue un periodo de verdadero frenesí legal en el que FDR lanzó su revolucionaria política del New Deal.

El presidente Kennedy, al tomar posesión el 21 de enero de 1961, subrayó que sus "cien días de milagros" iban a ser todavía más decisivos que los de FDR. Tanto era así que "no iban a necesitar cien días, ni mil días, ni siquiera la vida de su Gobierno, ni quizá mi vida en este planeta. Pero empecemos".

En 1964 el primer ministro inglés Harold Wilson señaló que, siguiendo los pasos del presidente Kennedy, prometía "un programa [de Gobierno] de cien días de acción dinámica".

En todos esos casos lo que no parece es que durante ese periodo inaugural de los cien días los periodistas, comentaristas y políticos se iban a abstener de criticar al Gobierno. Esa moratoria es la interpretación que se ha dado en España para los primeros tres meses de un nuevo Gobierno, pero ese privilegio no tiene ningún sentido en un sistema democrático.

Otra cosa es que FDR tuviera expectantes a los medios de comunicación de los Estados Unidos durante los cien primeros días de su renovadora presidencia. Realmente cada día se anunciaba la creación de unas nuevas siglas, un nuevo organismo público encargado de llevar adelante su plan de reformas. La expectación fue tal que el presidente Roosevelt recibió muy pocas críticas y consiguió una mayoría aplastante en las dos Cámaras y en el Tribunal Supremo.

En Sociedad

    0
    comentarios