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Objetivo: España

Crece la amenaza de un ataque terrorista islámico en España, así como las actividades de reclutamiento de jóvenes terroristas o de financiación de estos grupos extremistas.

España sigue siendo un objetivo principal de terrorismo islámico. Así de rotundo es el Departamento de Estado de Estados Unidos en su informe anual sobre terrorismo. Somos una importante base logística y de tránsito para las organizaciones terroristas que operan en Europa occidental y debido a nuestra posición geográfica, al alto número de inmigrantes procedentes del norte de África y a la facilidad para viajar desde España a otros países de la UE hacen de nuestro país una encrucijada estratégica para los grupos terroristas.

Crecen las actividades de células terroristas que reclutan y adoctrinan a jóvenes en nuestro suelo, y aumentan los apoyos financieros y logísticos a organizaciones radicales islámicas. El año pasado se detuvo a 65 presuntos terroristas islamistas, algunos de ellos seguidores de Al-Qaeda o Al-Qaeda del Magreb Islámico –grupos que reclaman la recuperación de Al Andalus–, y del grupo terrorista paquistaní Tehrik-e-Taliban, ligado a Al-Qaeda y que planeaba ataques en España como respuesta a la presencia militar española en Afganistán.

No sólo lo dice el primer informe sobre terrorismo en el mundo de la nueva era Obama. Días antes de la publicación del informe del Departamento de Estado, Europol presentó en el Parlamento Europeo su balance anual de la situación del terrorismo en la Unión Europea. Las conclusiones son las mismas: crece la amenaza de un ataque terrorista islámico en España, así como las actividades de reclutamiento de jóvenes terroristas o de financiación de estos grupos extremistas.

El informe del Departamento de Estado concluye su apartado sobre España mencionando nuestra contribución a la misión ISAF/OTAN en Afganistán con más de 750 tropas. ¿Por qué menciona el informe sobre terrorismo del Departamento de Estado nuestra aportación en Afganistán? Porque estamos allí para luchar contra el terrorismo, al menos en teoría. Otra cosa son los verdaderos motivos del Gobierno de Zapatero, que mantiene la presencia militar para contentar a los aliados pero sin creerse la misión.

Defenderse del terrorismo significa atacarle allí donde se encuentre. Es lo que deberíamos hacer para vencer al enemigo y que no nos siga a nuestras casas. Acuartelados en la base y limitándose a rechazar las agresiones de fuerzas enemigas –los ataques a nuestras tropas crecen cada día– no se gana una guerra, que es lo que hay en Afganistán, llámese asimétrica o contrainsurgente. No hay victoria si se está a la defensiva.

Luchar contra el terrorismo islamista es una tarea muy seria y hasta ahora el Gobierno socialista lo hecho muy mal. No han creído en la amenaza y siguen sin hacerlo, y eso que dicen estar del lado de la paz. Pero para alcanzar esa paz en Afganistán por ahora no hay más opción que la victoria sobre el terror.

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