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José Vilas Nogueira

Una píldora menos...

De no conocer la triste historia del PNV, diríase que en este aspecto ha copiado al PSOE. ¿O es que ya nadie recuerda su "colonización" del Ministerio del Interior en los tiempos del bueno de Ángel Acebes?

Ha dicho la ministra de la llama Igualdad: "Si hoy quedara embarazada, no abortaría". Por el contrario, digo yo, sería madre amantísima para delicia y negocio de la prensa rosa, aunque su cargo tenga menos glamour que el de su colega, la ministra de Defensa. ¿Quién no recuerda el despliegue de atenciones que le fueron prodigadas a esta última por los oficiales y tropa a su mando? ¿Es que alguien ha podido olvidar las carantoñas y zalamerías de tan ilustre mamá para tan afortunado bebé? Y es lo que yo me digo, las ministras zapaterinas no usan la píldora ni ningún otro método más o menos abortivo. Quedénse estos recursos para las pobres mujeres que, por no tener ni probablemente carnet del PSOE tengan.

Y una traición más. Treinta altos cargos de la Policía Autónoma vasca, nombrados discrecionalmente por el Gobierno de Ibarreche, intentaron montar una cadena de mando paralela, con el doble objetivo de interferir el trabajo del consejero socialista de Interior, Rodolfo Ares, y de constituir una red de "topos" para mantener informado al Partido Nacionalista Vasco; por cierto familiarizado con la traición y la deslealtad desde, al menos, los finales de la Restauración canovista. Pero tampoco es ajeno a comportamientos tan escasamente ejemplares el otro actor de este patio de monipodio, el Partido Socialista Obrero dizque Español. De no conocer la triste historia del PNV, diríase que en este aspecto ha copiado al PSOE. ¿O es que ya nadie recuerda su "colonización" del Ministerio del Interior en los tiempos del bueno de Ángel Acebes, trufado por una red de altos cargos que informaban antes y mejor a la calle Ferraz que a su ministro? De aquellas lluvias derivaron posteriores lodos. Y de ahí la sorpresa de un colega español, que trabaja en los Estados Unidos. En cualquier país del mundo, me decía, un atentado tan sangriento, el mayor de los habidos en toda Europa, en vísperas de elecciones, hubiese reforzado al partido en el Gobierno.

Pero España no es obviamente un país del mundo cualquiera. Para ser como los demás países nos sobra el PSOE; nos sobra el PNV. Nos falta lealtad constitucional; nos falta patriotismo.

En España

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