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Javier Moreno

Un fantasma recorre Europa

Esa Europa gregaria, ese gran rebaño de masas impersonales dirigidas por pastores progresistas, es la que quiere presidir ZP en su foto transatlántica con Obama, que nos anticipó la visionaria Pajín en un arrebato de pedante entusiasmo.

Un fantasma recorre Europa, es el fantasma del neoliberalismo. Al igual que todos los demás fantasmas no existe, es un producto de la imaginación de mentes sugestionables o de magos hipnotizadores de masas. La izquierda se caracteriza por hacer uso de una sistemática sugestión demagógica. Apelan de continuo a emociones encerradas en el inconsciente colectivo, buscan aterrorizar o enfervorizar a las personas para que anulen su personalidad e individualidad y se unan al artificioso agregado que en cada momento les quieran vender. Uno es parte de los trabajadores y trabajadoras, de los concienciados y concienciadas ecológicos, de los ciudadanos y ciudadanas iguales, contribuyentes y votantes.

El proyecto moderadamente liberal de una unión económica y monetaria europea, que podría haber sido bastante ampliado y profundizado –con la eliminación de aranceles exteriores, entre otras cosas– se ha transformado, con el cada vez mayor peso de las instituciones comunitarias, en una peligrosa apuesta por la politización de la vida de los ciudadanos europeos. La búsqueda de una Europa social echa por tierra todos los logros alcanzados por la eliminación de barreras, o debiéramos decir que levanta nuevos muros y crea nuevos compartimentos estanco sociales. Se apuesta cada vez más por un modelo de participación política y derechos ampliados en una economía dirigida por tecnócratas residentes en Bruselas e integrada por grandes grupos, tales como sindicatos, empresarios, partidos políticos, gobiernos nacionales, ONGs... que ejercen el papel de "actores" en nombre y espuria representación de los que debieran ser los verdaderos actores: todos, en todas las transacciones cotidianas. 

Esa Europa gregaria, ese gran rebaño de masas impersonales dirigidas por pastores progresistas, es la que quiere presidir ZP en su foto transatlántica con Obama, que nos anticipó la visionaria Pajín, en un arrebato de pedante entusiasmo

Esa es la Europa que corre el riesgo de transformarse en Eurabia con el multiculturalismo, esa otra filosofía política que trata con los grupos y no con los individuos. Ese multiculturalismo "tolerante" que calla, entre otras cosas, ante la intolerancia escrita a sangre y fuego en los textos sagrados de otras culturas y da lento paso a los musulmanes a Europa, sea por la anexión de Turquía, sea por la inmigración silenciosa pero constante de nuevos creyentes en Alá. 

La reacción en Holanda fue el preludio de la que se ha dado en los países más importantes este fin de semana pasado. La derecha ha ganado unas elecciones disputadas en clave nacional, pero la lectura es también en clave europea, puesto que revela una rebelión ciudadana, un hartazgo de las manidas y fallidas fórmulas socialdemócratas que conducen inexorablemente a las crisis. No es que la gente haya comprendido las bondades de la libertad, no es eso. Simplemente han probado las hieles de la intervención.

Ahora los socialistas entonan un farisaico mea culpa mientras sacan a pasear a sus viejos fantasmas, el del neoliberalismo y el de la ultraderecha. Pareciera que Hitler solamente pudiera volver a lomos de un liberalismo al que jamás dejaron expresarse. Pero no podemos olvidar que Hitler fue el gran maestro de la sugestión y su partido, la gran apuesta por los grupos. 

Algo estaremos haciendo mal, dice Jordi Sevilla en su blog, para que gane la derecha en Europa. Sin duda.

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