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EDITORIAL

La caza y la pesca no son servicios de Inteligencia

Ya esta bien de utilizar la razón de Estado y la seguridad nacional para, en realidad, dar carta blanca y poner a salvo la honorabilidad de quienes dirigen nuestros servicios de inteligencia.

El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) ha asegurado este miércoles en un comunicado facilitado a Efe que su director, Alberto Saiz, comparecerá ante la comisión de secretos oficiales del Congreso para aclarar las escandalosas informaciones aparecidas en el diario El Mundo en las que se le acusa de usar medios públicos de los servicios de inteligencia para fines privados: entre ellos cazar y pescar en países exóticos, limpiar su piscina o comprar anualmente la cosecha de patatas de un familiar.

Aunque algunas tengan rasgos esperpénticos, las acusaciones efectuadas a ese diario por directivos y agentes del CNI contra su director por haber utilizado recursos públicos –incluido un avión Falcon del Ejercito del Aire– son de tal gravedad que merecen la inmediata apertura de una comisión de investigación o, al menos, una comparecencia de Saiz ante el pleno del Congreso. Más aun si se confirma que Saiz, al tener conocimiento de que El Mundo estaba detrás de la documentación y de sus presuntas irregularidades, dio orden a sus agentes de que eliminaran y manipularan las pruebas, rastros y vestigios de sus andanzas de cazador y pescador por África. Tal es el caso de la pagina web senegalesa Albatros Pêche, donde se habían colgado varias fotografías de Saiz pescando y a la que presuntamente accedieron los agentes del CNI para reemplazar el rostro de Saiz por el de un desconocido sargento de la Guardia Civil.

Es por ello por lo que consideramos que ninguna opaca investigación interna ni ninguna comparecencia no menos opaca ante la comisión de secretos oficiales del Congreso pueda ni deba sustituir a lo que debe ser una autentica investigación, con luz y taquígrafos, de lo que ha sucedido. Hay muchos motivos que justifican la existencia de una comisión de secretos oficiales. Sin embargo, ocultar la inocencia o culpabilidad del director del CNI ante unas acusaciones que podrían resultar susceptibles de ser tipificadas como un delito de malversación de fondos públicos, no es una de ellas. Estas acusaciones, no por graves, dejan de ser concretas y verificables sin necesidad de exponer a riesgo alguno a la seguridad nacional.

Ya esta bien de utilizar la razón de Estado y la seguridad nacional para, en realidad, dar carta blanca y poner a salvo la honorabilidad de quienes dirigen nuestros servicios de inteligencia. Más aun cuando el nombramiento de Saiz hace cinco años y su renovación en el cargo hace dos meses no fueron consensuadas por el Gobierno con el principal partido de la oposición. Eso, sin olvidar que en estos años se han producido escándalos, como el del presunto espionaje de Manuel Pizarro en tiempos del acoso gubernamental a Endesa, o el del espía español que trabajaba también para el gobierno ruso, que han sido olvidados y enterrados por las conocidas razones de seguridad nacional.

Es necesario vigilar a los vigilantes. Y para ello lo mejor es la luz y los taquígrafos.

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