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Warren Graham

Falsa euforia en las commodities

El rally en los precios no es una señal adelantada de la recuperación económica sino, más bien, un ajuste técnico consecuencia de la desproporcionada corrección de los últimos meses.

Tras la euforia de las bolsas de las últimas semanas, la fiesta se ha trasladado a las commodities (materias primas). En los últimos tres meses, los principales índices de commodities han subido más del 15% y, desde diciembre, el Índice de Fletes Bálticos, indicador del comercio marítimo internacional, se ha visto multiplicado por seis.

Cualquier observador extraplanetario diría que la crisis está concluyendo, teniendo en cuenta que un avance significativo de los precios de las commodities y del comercio internacional suele presagiar una mayor actividad industrial a nivel mundial. Sin embargo, creo que uno no debe apresurarse y sacar conclusiones rápidamente.

El rebote de los precios se podría justificar por cuatro razones:

  • Recuperación económica vigorosa y, por tanto, el final de la crisis.
  • Cierre de la capacidad productiva global en los últimos meses porunos precios debilitados como consecuencia del parón económico de los últimos 18 meses.
  • Reajuste técnico de los precios tras la fortísima y paranoica corrección del año pasado, cuando se vio, por ejemplo, que el precio del petróleo, en sólo 6 meses, se dividió entre tres.
  • La actividad financiera, a veces denostada con el atributo de especulación, como vía de escape a la liquidez existente y como cobertura de la inflación futura.

De estas cuatro hipótesis, creo que todas podrían ser ciertas, con la excepción de la primera.

Durante los últimos meses se ha producido una fuerte restructuración industrial en el sector, reduciendo la producción (la oferta) mediante: a) el cierre de las operaciones (minas y fundiciones) no rentables, b) el aplazamiento de proyectos e inversiones y c) una simple reducción voluntaria para adaptarse a la falta de demanda.

El reajuste técnico en los precios ha tenido lugar, pero ha sido soportado a su vez por una menor situación de crisis económica que la que se había compartido meses atrás. Es decir, la coyuntura económica es mala, pero no tanto como se había previsto.

En los puntos de inflexión del ciclo económico es habitual la presencia de la especulación o actividad financiera. Este factor ya fue el principal causante del "calentamiento" de las materias primas en el periodo 2004-2007: en un entorno esperado de alta y creciente inflación, el dinero ocioso buscó la inversión en bienes reales. Además, la elevada liquidez que se ha vertido al sistema en los últimos meses esta reaccionando a los siguientes elementos:

  • La inversión en inmuebles está "maldita".
  • Escasez de financiación para la compra de empresas.
  • Riesgo en los bonos por el miedo latente a la inflación futura. Desde enero la TIR del bono americano ha pasado del 2% al 4%.
  • Lentitud en el proceso futuro de reajuste en la producción de las commodities, pues el proceso de inversión es muy lento en este sector y, una vez la demanda vuelva a surgir, la enorme cantidad de inversiones y proyectos aplazados crearan un gap por la falta de producto, que normalmente vuelve a disparar los precios.

Asimismo, la inversión en commodities es muy líquida y actúa de refugio frente a las posibles subidas de inflación futuras.

A todo lo anterior hay que sumar la incorporación reciente al comercio internacional y a los estándares de la vida moderna de China e India, con mas de 2.300 millones de habitantes. A esto habría que añadirle el efecto del decoupling, es decir, la no dependencia de los países Emergentes de los Desarrollados. Pues en caso de que hubiera un descenso de la actividad económica del mundo occidental, ya no afectaría tan gravemente a países en desarrollo como China, Brasil e India que, aunque aún muy dependientes de la exportación a los desarrollados, ya pueden crecer casi solos en base a su fuerte demanda interna.

¿Cuál sería el impacto de todo esto? ¿Hasta dónde pueden subir los precios?

Los precios en el corto plazo de los activos financieros y commodities se mueven de manera irracional pero, a medio plazo, tienden a oscilar en función de la oferta y la demanda. Estas variables son, a su vez, dinámicas, al estar influidas por los ciclos de demanda y de inversión.

La actual subida en los precios ha sido más financiera y de reajuste que debida a una recuperación vigorosa de la economía. Por tanto, en mi opinión, los precios de las commodities no deberían seguir subiendo, a menos que los datos económicos sigan soportándolos y, a priori, no veo razones para tantas alegrías en el crecimiento global: con un sistema financiero convulso, el crédito desaparecido y el comercio internacional bajo mínimos, a pesar del brusco repunte de los fletes marítimos, que continúan en niveles muy inferiores a los últimos años.

El hecho de que los precios suban afectará directamente al crecimiento global, ralentizándolo. Las empresas no podrán trasladar fácilmente las subidas de sus costes a los precios finales, más aún en la coyuntura actual de depresión del consumo. Éstas se verán obligadas a reducir más los costes "flexibles" –fundamentalmente de personal– por lo que el consumo global agregado se mantendrá bajo presión; esto retrasará la aparición del sector privado, necesario para el relevo de un sector público, que ya está sin munición para estimular el crecimiento económico.

La reciente subida en los precios de las commodities no es algo tan positivo como uno pudiera pensar pues, de continuar así, acabarán trasladándose a los precios generales y por ende, a la inflación y a los tipos de interés, poniendo más dudas sobre la recuperación económica.

De esta manera, nos encontramos ante una referencia circular. El hecho de que haya una recuperación súbita del crecimiento económico frenará, a su vez, el propio ciclo por el impacto del precio de las materias primas. Y viceversa, si la demanda interna de los principales países consumidores no remonta, el precio de las commodities se mantendrá estabilizado o bajará.

Sólo en el caso de que la demanda futura de materias primas sea sostenible a medio plazo, los países productores se endeudarán para acometer nuevas inversiones y, de esa manera, recircular sus ingresos en los países desarrollados.

En conclusión, no piense que el rally en los precios es una señal adelantada de la recuperación económica sino que es, más bien, un ajuste técnico consecuencia de la desproporcionada corrección de los últimos meses y un acto reflejo del exceso de liquidez y falta de alternativas reales de inversión en otros sectores. Lamentablemente, todavía quedan muchos ajustes político-económicos que llevarse a cabo para enfrentar la recuperación definitiva del crecimiento económico.

En Libre Mercado

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