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Amando de Miguel

El lenguaje de los símbolos religiosos

Claro que se quitarán las cruces de los edificios públicos, pero no podrán suprimir los puntos cardinales o los ejes de coordenadas. Más aún, ¿quién se atreverá a suprimir el domingo como día de fiesta?

El cruce de dos líneas siempre se ha utilizado como un símbolo de confusión o de maldición, o, en todo caso, de algo mágico. En inglés es más corriente el gesto de "cruzar los dedos" para eliminar algún maleficio. Uno de los símbolos más universales es precisamente la cruz de los cristianos, el símbolo que establece la conjunción entre la Tierra y el Cielo. La llamada "cruz de San Andrés" (en forma de aspa) es un símbolo utilizado en algunas religiones no cristianas. Durante mucho tiempo figuró en las banderas militares de Castilla. La bandera vasca está constituida por dos cruces superpuestas, la latina y la de San Andrés. Es un remedo de la bandera inglesa. La cruz gamada o esvástica no solo fue de los nazis sino que se encuentra en documentos antiguos, incluso en inscripciones prehistóricas, no sólo vascas. La contradicción o el misterio que significa el cruce de dos direcciones es algo que ha impresionado en todos los tiempos.

En algunos pueblos primitivos el cruce de caminos o encrucijada tenía un sentido mágico. El cristianismo hizo levantar cruceros allí donde figuraban símbolos paganos para librarse de los posibles peligros de las encrucijadas. En latín el cruce de caminos es cómpitus, en inglés cross roads, en francés carrefour, en vasco bidarte. En todos los casos hay algo mágico o misterioso en esa representación.

Los planos de las ciudades y campamentos de los antiguos romanos seguían el esquema de dos calles principales que se cruzaban con la plaza o ágora en el punto medio. Los españoles trazaron así las ciudades de nueva planta en América. Todavía en inglés el "barrio" es el quarter, porque presupone ese plano de la ciudad con el cruce de los dos ejes, horizontal y vertical. El eje de coordenadas es una utilísima abstracción, pues en el espacio propiamente no hay arriba o abajo, derecha o izquierda.

No es casualidad el carácter tan general de sumar con el símbolo de la cruz (+) y el de multiplicar con el de la equis (x). La equis o cruz de San Andrés es también el signo matemático de la incógnita, lo desconocido. En español "hacerse cruces" equivale a maravillarse, a sorprenderse. "Cruz y raya" expresa el propósito de no querer saber nada con algún suceso o persona. En la cultura romana la equis era el número 10, que significaba la perfección, el carácter de lo completo (los dedos de las manos). La letra Xi de los griegos tiene ese sentido mágico. Es la inicial del nombre griego de Cristo. Ni qué decir tiene que la planta de las iglesias cristianas tiene forma de cruz.

El esquema de la cruz se reproduce en los mapas para orientarse (los cuatro puntos cardinales) o en los relojes clásicos para determinar la hora sobre un círculo. Es el mismo esquema que seguimos para el eje de coordenadas. A los antiguos les tuvo que maravillar el invento de la rueda, con el esquema de los cuatro radios elementales en forma de cruz. Ese mismo esquema dibuja muchos objetos tradicionales como el barco de vela o el arado. El hombre es el único animal que se puede poner de pie y extender los brazos en cruz.

Parece que el Gobierno español está decidido a eliminar los crucifijos de las escuelas y de otros edificios públicos. Por coherencia, tendría que suprimir todo tipo de cruces y cruceros. Es más, se tendría que cambiar el nombre de santos o vírgenes que llevan muchos hospitales y otros centros públicos y hasta pueblos enteros. Tampoco vale que la ciudad de San Sebastián sea Donostia, porque ese "Don" equivale a "San" en vascuence. Vamos, que, si sigue adelante la propuesta laicista del Gobierno, estamos a las puertas de la gran Revolución. Ríanse ustedes de la francesa o la rusa. Claro que se quitarán las cruces de los edificios públicos, pero no podrán suprimir los puntos cardinales o los ejes de coordenadas. Más aún, ¿quién se atreverá a suprimir el domingo como día de fiesta?

Txema Durana, anticlerical hasta el tuétano, se irrita de que yo señale la paradoja de que su nombre de pila incluya los nombres de San José y la Virgen María. Es claro, pues Txema es "José María". También puede ser que una mujer española se llame María José. Dejo aparte algunas observaciones irreverentes sobre San José y la Virgen por parte de don Txema. El hombre insiste en que el lauburu de los vascos (una especie de esvástica ancestral) no es una cruz. Ya lo creo que lo es, aunque sea una cruz precristiana. También se niega don Txema a aceptar que la ikurriña fue una invención de Sabino Arana-Goiri para su partido (PNV). Termina, aguerrido, don Txema con el grito de que "la lucha continúa". Por mi parte, no hay lucha alguna, pues siento lo vasco como propio.

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