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Pedro de Tena

Un chantaje insoportable

¿Es que es imposible que entre el mejor PSOE, Rosa Díez inclusa, y el mejor PP compongan un programa de acción conjunta que acabe con esta pre-república de payasos sin conocimiento ni sentido común?

Habrá que empezar a llamar a las cosas por su nombre porque si no los españoles no vamos a saber ni quiénes somos, ni a dónde vamos ni de dónde venimos ni por qué ni para qué estamos en un mapamundi. He estado leyendo unas declaraciones del señor Mas, en tiempos de Pujol, señor Menos, sobre el Estatuto de Cataluña y la verdad, me he cabreado. La costumbre nacionalista de imponer sus intereses, sus criterios y sus planes siempre bajo la amenaza de destripar España, ya se está pasando de castaño oscuro. Que en este desaguisado esté participando la cúpula del socialismo catalán, con la impotencia o afección de la cúpula del socialismo español, ya es de matrícula. Pero el nombre de la cosa es chantaje.

Ha dicho el mirlo blanco del nacionalismo oscuro lo siguiente:

Que "El Constitucional está caducado y condicionado por todo el mundo". Que si "el Constitucional descafeína, diluye o disminuye el contendido del Estatut, tendremos un problema serio". Que es una nación, "no una más del café para todos". Que "si el TC fuera independiente debería inhibirse. Cataluña es una nación, no es una más del café para todos".

En la primera de las afirmaciones, podemos estar de acuerdo incluso, a pesar de su gravedad. La razón es que desde la legalización de la expropiación de Rumasa pasando por la ilegal legalización de las ilegalidades de contratación cometidas en la Administración andaluza durante más de un decenio pasando por otras sentencias igualmente escandalosas, el Tribunal Constitucional, que debería haber sido un órgano de prestigio democrático donde eminentes juristas y reconocidos hombres y mujeres honrados y fieles a la Constitución, no es más que un órgano político al servicio de los partidos, que no de la nación española, donde la relación de fuerzas se impone a la razón jurídica y ética.

Recuerden aquella escena sobrecogedora en la que una vicepresidenta del Gobierno echaba una bronca de caballo a la presidenta de un Tribunal Constitucional donde ni siquiera la banda sonora era necesaria para saber de qué iba la cosa. En efecto, este tipo de Tribunal Constitucional está caducado y condicionado por todo el mundo, sobre todo por los nacionalistas y sus socios en esta aventura nacionalista, los representantes catalanes del PSOE.

Cualquiera que lea la Constitución comprende que a partir de su texto es imposible admitir que un referéndum regional pueda condicionar la soberanía nacional, que es lo que se está haciendo desde 1979 sobre los textos de la ley de leyes que estorban a los partidarios de la independencia de Cataluña y del País Vasco. ¿Cómo llamar a lo se está haciendo desde Cataluña? Como mínimo chantaje sistemático.

Pero es un chantaje acompañado de amenazas. Si el Constitucional descafeína el contenido del Estatuto de Cataluña, tendremos un "problema serio". Aunque después se apacigua y dice no ir por las bravas a por todas, lo cierto es que a los demás españoles, esto nos deja no sólo en ridículo sino sumidos en la angustia política. ¿Que harán? ¿A qué problema serio se refiere el señor Más? ¿Es que La Caixa dejará Andalucía sin oficinas? ¿Es que sus pinturas dejarán de llegar a los polígonos industriales andaluces? ¿Es que se rebelarán y cerrarán las fronteras por Castellón, Huesca, Zaragoza y Teruel?

Pero, claro, ¿para qué se presenta un texto ante un Tribunal como el Constitucional? ¿Para que ese Tribunal diga "sí, bwana" a todo lo que quiere el nacionalismo catalán o para que diga "no, bwanas" a todo lo que no se ajusta al contenido de la Constitución? Qué pantomima. Lo que quieren los nacionalistas y una parte del socialismo catalán es un federalismo asimétrico, paso previo al reconocimiento del Estado catalán. ¿Es lo que queremos los demás? ¿Y si convocamos un referéndum nacional sobre la persistencia o no del Estado de las Autonomías? Portugal consultó por la conveniencia de su implantación y la población dijo que no. ¿Y si revisamos la presencia política de las minorías en el Parlamento?

Nada de esto es posible porque, claro, la que puede liarse es la calcinación de Troya por lo menos. Ah, sí. ¿Por qué? ¿Es que aquí los únicos que pueden proponer políticas de reforma son los nacionalistas y el resto de los españoles no podemos porque si no "habrá problemas serios"? En Cataluña, problemas serios y en el País Vasco, dado que no se les dio constitucionalmente lo que querían y sin embargo aceptaron, terrorismo a gogo contra España. Es increíble.

Y para terminar, la verdad del barquero. No es que Cataluña no sea una región más de lo del café para todos. Es que los nacionalistas catalanes quieren que Cataluña –que en la Constitución es más o menos una más con ciertos privilegios– no sea una más. Quieren que sea, de momento, una especie de Estado asociado a España para después saltar a la independencia. Y quiere ser, además, el modelo a seguir en el País Vasco, alumbrando el camino a los etarras y sus mentores para que comprendan que este es el camino, no las pistolas. Pero el fin es el mismo: la independencia y el fin de España como nación mediante el sometimiento de media Cataluña, medio País Vasco y la inmensa mayoría de España al nacionalismo.

Olé. Ya lo hemos visto este año en el reparto de los dineros autonómicos. Lo hemos visto en la imparable imposición del catalán. Lo vemos a diario. Pero el resto de los españoles, desalmados (sin alma) y desnortados (sin norte), observamos impertérritos como un PSOE, que lleva a España en su sigla, actúa como alcahueta, por no decir algo peor, de este empeño disgregatorio. Uno recuerda el PSOE de Facundo Perezagua o el de Juan Graells o Basilio Martín Rodríguez cuando en las actas de las reuniones del comité nacional de UGT se decía: "El Comité acuerda la necesidad de obtener un sello que autorice las comunicaciones y demás documentos, y otro que sirva de membrete para dichas comunicaciones o documentos, a lo cual el primero dirá Unión general de Trabajadores de España y el segundo para membrete dirá Unión general de Trabajadores de España Comité Nacional. Calle de San Vicente número 14 piso primero Barcelona".

La pregunta es: ¿Cuánto tiempo aguardarán los socialistas cabales que observan con horror este desmenuzamiento paulatino de la España común antes de decir lo que debe ser dicho? ¿Es que es imposible que entre el mejor PSOE, Rosa Díez inclusa, y el mejor PP compongan un programa de acción conjunta que acabe con esta pre-república de payasos sin conocimiento ni sentido común?

Si tuvieran consciencia profunda del daño que se está haciendo a esta ciudadanía española recuperarían la energía política. Cuenta Juan José Morato en su biografía de Iglesias que éste, don Pablo, estaba firmemente convencido de que la "atonía" del pueblo español que subrayaba a menudo Indalecio Prieto, era la consecuencia deliberada de la falta de atención a la educación por parte del Estado "burgués". Y ahora, señores, ¿quiénes son los inspiradores de esta deliberada atonía?

Qué chantaje insoportable y, hasta ahora, impune el que estamos sufriendo, amigos. ¿Hasta cuándo, señores?

En España

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