Menú
Amando de Miguel

Internet: una nueva forma de amistad

Lo más interesante es encontrar que los nuevos medios de comunicación acaban siendo interactivos, esto es, generan múltiples relaciones. Desde luego, esta seccioncilla no hubiera sido posible (y llevo ya 2.464 artículos) sin el concurso de los lectores.

Mª Carmen está probando el "chisme" de la internet y aprovecha para enviarme un saludo de admiración por estos retazos míos o por mis intervenciones en la radio o en la tele. "Casi siempre comparto con usted sus opiniones". Muchas gracias. Tampoco es necesario compartir todas las opiniones de uno. Yo mismo a veces disiento de alguna opinión mía sostenida años ha. No es sólo que haya cambiado yo; ha cambiado más el mundo. Lo más interesante es encontrar que los nuevos medios de comunicación acaban siendo interactivos, esto es, generan múltiples relaciones. Desde luego, esta seccioncilla no hubiera sido posible (y llevo ya 2.464 artículos) sin el concurso de los lectores. No digo lo de "internautas" porque me parece una desmesura.

José Mª Sánchez Carrión dice, muy gentil, que me echa mucho de menos en las tertulias de la COPE. "¿Ahora por dónde anda?". Pues "ando" por las tertulias de Onda Cero (Herrera), de VEO TV, de Intereconomía y de Telemadrid, con una cadencia más o menos regular. Aparte, claro está, tengo las clases, conferencias y libros. Mis intervenciones en todos esos foros me valen quejas mil, pero también albricias. Por ejemplo, mi convecino Gonzalo Álvarez (Collado Villalba, Madrid) asegura: "es usted una de las personas públicas con la mente más lúcida de este país", o sea, de España. Cuánto se agradecen las flores en el estío. Dios le bendiga don Gonzalo.

Miguel Ángel Fuente Rincón me pide la cita completa del libro sobre Pedro I al que me refería en anterior ocasión. El libro es de Graziella Sáenz de Heredia, El corazón del rey maldito: Pedro I de Castilla, (Imágica de Ediciones, 2009). La autora ha dedicado media vida a escribir una magnífica historia novelada de más de seiscientas páginas. Precisamente, traté de leerlas todas a conciencia en un fin de semana para poder presentar el libro pero, fuera por el esfuerzo o por la venganza de la naturaleza y de la historia, el hecho fue que, antes de concluir mi propósito me dio una especie de desvanecimiento. Lo más curioso es que el médico que me exploró, Julio Castedo, es un formidable novelista, empeñado ahora en una obra sobre los amores románticos (mucho antes del romanticismo) entre el Rey don Pedro (mal llamado el Cruel) y doña María de Padilla. Julio Castedo es autor de una novela, El jugador de ajedrez (Efecto Violeta, 2009) con ritmo cinematográfico sobre el ambiente de la Segunda Guerra Mundial. Tengo también una historia sobre esa novela, pero resulta tan increíble que mejor será no relatarla por el momento. Merecería escribir otra novela, lo que nos acerca al juego de las muñecas rusas.

Javier Vicuña Ruiz supone que la letra <xi> en griego, a la que yo aludía, debe de ser la que se pronuncia como <ji>. Cierto es. Don Javier se refiere a las polémicas aquí mantenidas con algún contertulio contumaz. Opina don Javier que no vale la pena desgastarse y recuerda el lema jurídico de ad impossibilia nemo tenetur (= nadie está obligado a lo imposible). Pero a mí nadie me obliga a mantener las polémicas de esta seccioncilla. Las sigo con gusto. Sólo excluyo las que se resuelven en insultos, que son muy pocas. Casi siempre surgen cuando me adentro en la jungla de los idiomas regionales. Lo interesante de las polémicas tertulianas no es tanto convencer al adversario como organizar mejor los argumentos propios.

A propósito de lashyphenated personscon espíritu aristocrático que he mencionado en un artículo anterior, Agustín Fuentes se explaya sobre el sentido aristocrático de la vida que exhiben ciertas personas. Son de maneras elegantes y saben controlar sus emociones. Don Agustín intuye que las manos revelan muy bien el porte aristocrático de una persona, tenga o no título nobiliario. Le doy la razón. Repaso mentalmente mi agenda y encuentro, efectivamente la imagen de algunos amigos con ese don del "magisterio de costumbres y refinamiento" que decía José Antonio Primo de Ribera como tarea de los aristócratas. Citaré algunos nombres que van saliendo en esa nómina. Alfonso Ussía (con antecedentes nobiliarios), Álvaro Delgado-Gal (sin título aristocrático perohyphenated y con manos y mente de aristócrata), Antonio Fontán (hoy marqués de Guadalcanal, pero con nobleza de siempre), Covadonga O’shea (o la elegancia integral) César Alonso de los Ríos (escritor fino), Daniel Romero-Abreu (hyphenated jerezano), Antonio Lamela (arquitecto, tan elegante como su corbata sin nudo), Virgilio Oñate (descendiente de conquistadores y virreyes), Carlos Herrera (señor de las ondas). Todos ellos saben comer los espárragos con los dedos, entre otros refinamientos.

En Sociedad

    0
    comentarios