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Carmelo Jordá

¿Qué necesitan los eBooks para triunfar?

Si las cifras que ofrece son ciertas, Amazon ha logrado algo muy parecido a la cuadratura del círculo: sus usuarios del Kindle siguen comprando la misma cantidad de libros en papel y, además, por cada uno de ellos adquieren 1,7 eBooks.

Prácticamente cada vez que escribo algo sobre libros electrónicos (¡o incluso cuando hablo!) acabo discutiendo sobre la posibilidad de que acaben desbancando al libro de papel y sobre si éste último logrará o no sobrevivir a la invasión tecnológica.

Desde luego es una polémica francamente entretenida, pero creo que a estas alturas resulta más bien estéril: es algo así como plantearnos si el coche eléctrico sustituirá al de gasolina por completo, en parte o en absoluto. Con una gran diferencia, eso sí: actualmente los libros electrónicos funcionan bastante mejor que los coches eléctricos.

Así que, aunque es obvio que sí se quedarán con una porción del mercado, a día de hoy no sabemos si los eBooks lo coparán por completo o si lo harán sólo en parte, y tampoco es fácil aventurar qué tamaño tendrá esa parte y con qué ritmo se producirá el relevo.

Pero en este panorama de incertidumbre sí hay algo que podemos saber o, al menos, intuir: qué será necesario para que todo ese cambio se produzca, qué pasos deben dar la tecnología y el mercado para que esa transición se inicie (si es que no está ya en marcha) y se vaya desarrollando.

Lo primero es quizá lo más obvio: lectores con prestaciones suficientes y a precios asequibles. ¿Son "suficientes" los dispositivos actualmente en el mercado? Quizá sí, pero sólo en parte o, al menos, no para un número lo bastante elevado de potenciales compradores (o a un precio prohibitivo para la mayoría).

Por ejemplo, para muchos grandes consumidores de textos (que son los primeros clientes naturales de los libros electrónicos) son imprescindibles funciones como la posibilidad de subrayar o hacer anotaciones de las que todavía no disponen la mayor parte de los eBooks actuales; otros necesitarán un blanco más blanco y un negro más negro en las páginas; incluso los habrá que, acostumbrados a internet, vean como algo imprescindible la navegación a través de hipertextos.

Novedades la mayoría que distan mucho de ser revoluciones tecnológicas, es decir, que o están ya aquí o se encuentran poco menos que a la vuelta de la esquina, ya esté la esquina unos meses más acá o unos meses más allá.

En cuanto a precios, no se trata de que ahora resulten caros (eso dependerá del uso que cada comprador quiera o pueda darle y de sus posibilidades económicas), pero es obvio que se avecina un descenso pronunciado: es lo habitual en el mundo de la tecnología e incluso hay ya rumores que apuntan a que Asus podría poner en el mercado un lector por tan sólo unos 110 euros, lo que parece una frontera que podría ser más que interesante para muchos.

Queda sin embargo algo más, y algo que es al menos tan importante como lo anterior: disponer de material de lectura. La verdad es que ya hoy en día lo hay en internet, y en abundancia: sin recurrir a bajarme todo lo que encuentro ya acumulo en mi disco duro varios miles de eBooks es español, pero es necesario que este material sea, como mínimo, equiparable al que encontramos en cualquier librería en cantidad, calidad y disponibilidad de novedades.

Y además, estos textos deben estar fácilmente accesibles, tanto desde el punto de vista económico como, sobre todo, desde el tecnológico.

Podemos ver esto si observamos la mayor experiencia de venta de eBooks que se ha desarrollado hasta hoy: Amazon y su Kindle. El "secreto" del éxito del dispositivo y la tienda de Jeff Bezos no ha sido tanto su calidad como "hardware", sino más bien la casi infinita disponibilidad de libros que ofrece a sus usuarios y la sencillez y rapidez con la que es posible conseguirlos.

Así, si las cifras que ofrece son ciertas, Bezos ha logrado algo muy parecido a la cuadratura del círculo y que toda la industria editorial debería mirar con atención: sus usuarios del Kindle siguen comprando la misma cantidad de libros en papel y, además, por cada uno de ellos adquieren 1,7 eBooks.

En resumen, como en cualquier otro mercado los clientes sólo esperan a tener un buen servicio que les facilite adquirir buenos productos a buen precio, y será eso lo que marque el camino del cambio y no una perspectiva conservadora o romántica del mundo del libro o las restricciones que algunos quieran poner.

¿Alguien se atreve a dar el primer paso aquí?

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