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Maite Nolla

Insumisión inconveniente

Don Pasqual, de verdad, a la que menos le conviene la insumisión fiscal es a su cartera. No nos vacile.

Leyendo el artículo de Pepe García Domínguez sobre Maragall, o el que le dedicó Arcadi Espada o el que colgó Albert Boadella en su blog, una se da cuenta de que a los políticos irresponsables e incapaces, sus viajes a ninguna parte les salen gratis. Maragall se sube en su coche oficial, se viene a un pueblo de por aquí cerca y se vuelve antisistema e insumiso. En la bonita localidad de Juneda, firma un manifiesto advirtiendo a España de que los catalanes no vamos a pagar más impuestos si el Constitucional no resuelve sobre el estatuto. Y como prueba de que su amenaza va en serio, se sube al coche oficial y cobra su sueldo como ex presidente.

Maragall es un hombre que cuando era presidente autonómico no sabía lo que costaba pagar una hipoteca ni qué significan las siglas IVA, pero que inició un cambio del sistema constitucional en España y que, si le hubieran dejado, hubiera creado una región euromediterránea con la unión de la Padania y els Països Catalans –y esto último no es broma. Vamos, un irresponsable que nos hizo votar sobre un estatuto que los que pueden votar en Cataluña despreciaron de la forma más solemne. El resultado, un desastre político en toda regla del que Maragall no va a responder y encima se nos pone gallito.

Les digo todo esto porque, pese a que ha pasado casi desapercibido, el referéndum en Irlanda sobre el Tratado de Lisboa debería obligar a dimitir a no menos de diez o doce políticos de primera línea, de PP y PSOE, que para esto son iguales.

Es posible que ustedes ya ni lo recuerden, pero hace cuatro años nos convocaron a un referéndum sobre una constitución para Europa, que pasado muy poco tiempo quedó en papel mojado. El caso es que a nosotros nos pidieron opinión sobre un tomo de cuatrocientos cincuenta artículos del ala, que no se había leído ni el tato. Es más, yo –que no soy Raimunda de Peñafort ni la madre Mariana, pero que me defiendo– después de leerme apenas un centenar de artículos de todo aquel tochote, era incapaz de decidir si mi voto era "sí" o "no". Pero los políticos, con Moratinos a la cabeza y el ridículo referéndum plus, sin ninguna vergüenza, nos hicieron votar sobre aquello. Quince días de campaña y millones de ejemplares de color azul que han quedado para calzar la mesa del cuarto de la plancha. La doctrina oficial, la del manual de campaña de los partidos, era la que siempre recuerda Federico: la de Los del Río. ¡Se hace lo que dicen los políticos, que son los que saben! Vamos, que lo podían haber aprobado en las Cortes y no se hubieran dejado el dinero en un referéndum que ha resultado absolutamente inútil; como el de Andalucía y el de Cataluña. Por cierto, en el caso de Andalucía, con la actuación comanditaria de socialistas y peperos.

Como dijo la filósofa, el dinero público no es de nadie, pero sale de algún sitio. Sin el dinero público no se podrían convocar referéndums inútiles y no se podría ir uno a Juneda a firmar un manifiesto por la insumisión antiespañola. Don Pasqual, de verdad, a la que menos le conviene la insumisión fiscal es a su cartera. No nos vacile.

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