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Cayetano González

Premios a la dignidad y la fortaleza moral

Con estos Premios se quiere contribuir, modestamente pero de forma decidida, a seguir trabajando por la Memoria, la Dignidad y la Justicia que las víctimas del terrorismo de todo el mundo se merecen.

Hoy no ha sido un día más ni un día cualquiera. Al menos no lo ha sido ni para quien esto escribe ni para la Institución, la Fundación Universitaria San Pablo-CEU, a la que represento. Hoy se ha llevado a cabo en el Casino de Madrid uno de los actos mas llenos de dignidad y de fortaleza moral que uno se puede encontrar en medio de esta "selva" en la que habitualmente transcurre nuestra vida cotidiana.

El Observatorio Internacional de Víctimas del Terrorismo del CEU que tengo el honor de dirigir ha hecho entrega hoy de los Premios Internacionales "La Puerta del Recuerdo" –tomando el nombre de Monumento Homenaje a las Víctimas del Terrorismo instalado el pasado mes de mayo en el campus universitario del CEU en Montepríncipe– con los que se pretende reconocer y premiar la labor encomiable y digna de admiración de una serie de personas e instituciones que han trabajado y lo siguen haciendo, tanto por desterrar el terrorismo de nuestras vidas, como por la noble causa de las víctimas que ese terrorismo produce.

Con estos premios se quiere asimismo contribuir, modestamente pero de forma decidida, a seguir trabajando por la Memoria, la Dignidad y la Justicia que las víctimas del terrorismo de todo el mundo se merecen. Soy consciente de que al distinguir a determinadas personas e instituciones con un premio de alguna manera se corre el peligro de ser un poco injusto, porque hay otras muchas personas que merecerían recibirlo. Sin ninguna duda lo merecerían todas y cada una de las víctimas del terrorismo por el impagable sacrificio que han realizado. También merecerían ser premiados bastantes responsables públicos, políticos, jueces que tienen una trayectoria intachable en la lucha por la libertad y en la defensa de las víctimas del terrorismo. También serían acreedores de un premio los miembros de la sociedad civil, de movimientos cívicos, de los medios de comunicación que han demostrado durante mucho tiempo estar siempre junto a las víctimas.

Pero como es fácil de entender, no se puede en un solo día premiar a tanta gente. En cualquier caso es voluntad del Observatorio de Víctimas del Terrorismo del CEU que estos premios tengan una periodicidad anual, por lo que en futuras ediciones iremos cubriendo ese objetivo de reconocer a mas personas e instituciones merecedoras de esta distinción.

Dicho lo anterior, también habrá que subrayar que todas las personas e instituciones que hoy han recibido el Premio "La Puerta del Recuerdo" se lo merecen y ¡de qué manera!

Cómo no se van a merecer un premio nuestros Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado que llevan tantos años sirviendo de forma tan abnegada a todos los españoles en la lucha policial contra ETA. El premio que hoy han recibido la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía ha querido también ser un homenaje póstumo a los 230 guardias civiles y 183 policías nacionales que han sido asesinados en estos cuarenta años por la banda terrorista ETA por defender nuestra libertad.

Cómo no se va a merecer un premio la persona que hace doce años nos hizo llorar de emoción a tantos millones de españoles, cuando gracias a una brillantísima operación de la Guardia Civil fue rescatado de la tortura que durante la friolera de 532 días le infringieron los terroristas de ETA, manteniéndole privado de la libertad en un inmundo agujero. José Antonio Ortega Lara es un símbolo de la lucha por la libertad y por la dignidad.

Cómo no se va merecer un premio quien era el jefe del Cuerpo de Bomberos de Nueva York aquel fatídico 11 de setiembre de 2001, día en que los terroristas atacaron al corazón de la democracia más importante del mundo, provocando la muerte de casi 3.000 personas. Aquel día Joseph Pfeifer y su equipo de bomberos pusieron todo su empeño y sacrificio por salvar muchas vidas –¡más de 25.000!– entre los escombros de las Torres Gemelas. Un premio que de alguna manera va también dedicado a los 343 bomberos que perdieron su vida aquel 11 de septiembre ejerciendo noblemente su profesión.

Cómo no se va a merecer un premio alguien como Michael Gallagher, que desde que el IRA asesinó primero a su hermano en 1984 y posteriormente a su hijo en 1998 no ha dejado de luchar a través de la Asociación de Víctimas de Omagh por los derechos de las víctimas del terrorismo y la defensa de la libertad. Su permanente y comprometida voz para exigir justicia no ha dejado de escucharse, además de reclamar un merecido reconocimiento social y público para las víctimas del terrorismo de cualquier parte del mundo.

Cómo no se va a merecer un premio una persona como Gabriel Moris, que no solamente perdió a un hijo en el brutal atentado del 11-M, sino que posteriormente, durante el juicio por aquella masacre, aportó sus conocimientos personales como perito e hizo todo lo humanamente posible para que se hiciera justicia con los asesinos y se conociera toda la verdad en torno a aquel terrible atentado.

Y por último, cómo no se van a merecer un premio el conjunto de concejales del Partido Socialista y del Partido Popular en el País Vasco, que desde hace mucho tiempo se juegan diariamente la vida por defender la libertad, el derecho a la vida y la democracia en esa parte tan querida de España. Los concejales del PP y del PSE son unos auténticos héroes de nuestro tiempo y cuando se escriba la historia de este periodo, sin ninguna duda ocuparán las páginas más brillantes de la misma.

No hace falta que subraye la gran ilusión y esperanza que ha despertado en muchos españoles el cambio político que se abrió en el País Vasco con la llegada de un lehendakari constitucionalista, del PSE, a Ajuria-Enea con el apoyo del Partido Popular. Todos queremos y deseamos que el nuevo Gobierno vasco acierte en su tarea. Porque su acierto será el de todos nosotros. Y, sobre todo, queremos, esperamos y deseamos que consiga la Paz y la Libertad definitiva para todos los vascos.

Pero me parece de justicia subrayar que si hoy ha sido posible que Patxi López esté en Ajuria-Enea, entre otros motivos se debe a que en el pasado reciente otros dirigentes políticos sembraron en el camino una semilla que ahora ha fructificado. Y algunos de esos políticos han estado hoy físicamente en el Acto de entrega de los Premios de "La Puerta del Recuerdo". Este es el caso de personas como Jaime Mayor Oreja, Nicolás Redondo Terreros, María San Gil, Rosa Diez o José María Benegas. Y otros, no han podido estar físicamente porque fueron asesinados, pero han estado en la mente y en el recuerdo de todos: Gregorio Ordóñez, Fernando Buesa, Enrique Casas, Fernando Múgica, Miguel Ángel Blanco y todos los concejales o cargos públicos del PP, del PSE, de AP y de UCD que dieron su vida por defender la libertad y por defender en definitiva que el País Vasco forma parte de este proyecto común y de esta gran nación que es España.

Por todo lo anterior, hoy ha sido un día muy especial, lleno, como decía al principio, de la dignidad y fortaleza moral de la que las víctimas del terrorismo son portadoras. En medio de tanta mediocridad y miseria como la que estamos contemplando y sufriendo en nuestro actual mapa político, actos como el llevado a cabo en el Casino de Madrid con la entrega de los Premios "La Puerta del Recuerdo" sirven para reafirmarse en los valores de la libertad, de la defensa de la vida y del recuerdo, la cercanía y afecto a quienes lo han dado todo, incluida su vida, por España.

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