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Amando de Miguel

La magia de las palabras

Claudio Verdú señala la extraña denominación de "seguro de vida", cuando en los otros casos lo que se asegura es la desgracia. Así, seguro de incendio, seguro de robo, etc. Tiene razón, pero esa forma, en lugar del lógico "seguro de muerte, es un acierto.

Hablaba yo aquí del cambio de sentido que tienen algunas palabras. Por ejemplo, "enervar" era más bien "irritar" y ahora es "aplacar", es decir, todo lo contrario. Enrique Sáez García (médico) me dice que "enervar" significa "excitar, estimular"; lo contrario es "denervar" (= relajar). Quizá sea así para los médicos, pero a los pacientes no cuesta entrar en la jerga de los médicos. Ahora los galenos están por la sustitución de los síntomas castizos por nuevos terminachos entre edulcorados y bárbaros. Por ejemplo, qué bonito era lo de "alferecía" para describir en una palabra lo que ahora llaman "convulsiones epilépticas" y que la Medicina no sabe bien a qué se deben. La "epilepsia" significa "interrupción brusca". Así que "convulsiones epilépticas" no deja de ser un pleonasmo amanerado e inútil. Nada, nada, alferecías. Se lo propondré a Julio Castedo y a José Mª Navia-Osorio que, como buenos médicos, son amigos de las buenas letras.

Fernando García Gil, al hilo de la polisemia, comenta la semejanza entre "resistir" y "soportar", que vienen a ser algo parecido. Sin embargo, los negativos son muy diferentes: "irresistible" (= persona o cosa de gran atractivo) e "insoportable" (= personas o cosa inaguantable por lo molesta). Está bien visto. Me recuerda lo de que una persona "impresentable" es la persona inaceptable, pero "una persona que no necesita presentación" es algo así como admirable. Las palabras tienen su magia.

Mary Carmen Arrue (Venezuela) solicita algún equivalente castizo para no tener que decir lo de "hacer el amor". Cierto es que parece una expresión un tanto relamida (nunca mejor dicho), pero se va imponiendo. El castizo para el ayuntamiento carnal era "folgar" u "holgar", pero de ahí derivó "follar" que es un vulgarismo, y "holganza", que es otra cosa (= hacer el vago).

Claudio Verdú señala la extraña denominación de "seguro de vida", cuando en los otros casos lo que se asegura es la desgracia. Así, seguro de incendio, seguro de robo, etc. Tiene razón, pero esa forma de "seguro de vida" (en lugar del lógico "seguro de muerte") es un acierto. Hay otras antífrasis inteligentes, como Instituto Nacional de Empleo (cuando trata del paro) o Guardia Civil (que es militar).

Silvino Blanco opina que la palabra "patología" referida a un conjunto de males, especialmente cuando no se ha alcanzado un diagnóstico definitivo, es perfectamente correcta. Por tanto, se puede decir que "la gripe es una patología común". Desde luego, el DRAE considera que la patología es el conjunto de síntomas.

Jaime Lerner (Tel Aviv, Israel) recuerda que, en su Argentina de origen, había un matrimonio vecino, proveniente de Andalucía, que llamaban "pirracas" a un niño por ser "astuto, inteligente, osado y un poco atrevido".

Antonio Pombrol recuerda que "pirraca", en singular en el Pirineo oscense, era el equivalente del pájaro llamado urraca o picaraza.

Fernando Herreros Salcedo añade que, en su infancia, la voz "pirracas" (masculino plural) aludía a un tipo astuto y espabilado.

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