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Maite Nolla

Tomar nota

Leo en un periódico digital que los dirigentes del PP tomarán nota de quienes no acudan a la campus party de Barcelona. Los votantes deberían tomar nota de los que vayan.

Leo en un periódico digital que los dirigentes del PP tomarán nota de quienes no acudan a la campus party de Barcelona. Los votantes deberían tomar nota de los que vayan. Y es que para que no digan, me he tomado la molestia de leerme el programa de la convención y para sorpresa del personal, no existe ni una sola referencia a nada que tenga que ver con los motivos que llevaron al PP a recurrir el estatuto de Cataluña. Se va a hablar de educación (Ana Mato), de vivencias sociales ante la crisis, de empleo estable y con futuro (Javier Arenas, eterno líder de la oposición en Andalucía –debe ser por eso–), de reformas para una sociedad competitiva (Montoro), del espacio, de cultura, de ser emprendedor no significa estar sólo (con Alicia Sánchez Camacho), de los libros digitales, de instituciones para una sociedad libre (con Federico Trillo), de investigación, de deporte (con Rajoy –y no es broma, que está colgado en internet–), del cambio climático, de austeridad (con Soraya), de la sociedad del  bienestar, de igualdad de oportunidades para las mujeres y de tres o cuatro vacuidades más. Léanselo, si no tienen nada más que hacer.

Es cierto que yo soy amiga de Daniel Sirera y me fastidia que le humillen, pero no busquen ustedes entre los ponentes y deponentes a Pizarro, a Esperanza Aguirre, a Paco Caja, a Carmelo González o a Xurde Rocamundi. Eso sí, mucho apellido Fernández, Montserrat o Mato, que también son una dinastía. Vamos, lo que es un partido familiar. Y no busquen una ponencia sobre el estatut, la financiación autonómica, ni una medio idea sobre que el Estado vuelva a ejercer competencias que hoy son autonómicas y que se utilizan en perjuicio de la gente. En cambio, podrán encontrar a Josep Miró i Ardèvol, seguramente como puente colgante de lo que el PP quiere hacer en el futuro y, claro, la cosa cambia, que diría Diego El Cigala.

La presidenta del PP de Cataluña y Soraya anuncian que aprovecharán el momento para pedir un pacto contra la corrupción y la reforma del Código Penal, y parece que el Gobierno les está haciendo caso. Repasemos pues, cuál fue la actividad del PP en materia de persecución de la corrupción entre 1996 y 2004. ¿Saben cuántos artículos se reformaron o introdujeron en el código en ese periodo? Uno. El 445 bis, en enero de 2000. Y, ¿saben de qué iba? Pues de la corrupción en los organismos internacionales y del tráfico de influencias como el del dúo Kofi-Koho o el que permanentemente afecta al Comité Olímpico Internacional, en el que España y los madrileños se dejan cada cuatro años unos cuantos millones de euros.

No se cambió ni una coma de los artículos relacionados con el cohecho, la prevaricación, la malversación de caudales públicos o el tráfico de influencias. Está bien que la señora Camacho proponga ahora “medidas activas” de lucha contra la corrupción, como lo llama ella. Ocho años de pasividad lo requieren.

Por cierto, antes de acabar, quiero agradecer a don José Manuel Lara que inserte publicidad gratuita de esRadio en el periódico que sostenemos a medias los contribuyentes y él. Y además, hay anuncios día sí y día también. De verdad, señor Lara, muchas gracias. Ya sabe que la empresa con la que colaboro es pequeña y que cualquier publicidad es bienvenida. No sabemos si de los dos negocios ruinosos que apoyó, el estatuto de Cataluña y un periódico en quiebra, se arrepiente más de uno que de otro, pero que se arrepiente de ambos, seguro. Pero que este detalle no emborrone mi más sincero agradecimiento.

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