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Amando de Miguel

Los nombres de la política y la política de los nombres

No es cuestión de borrar del diccionario todas las palabras que empiezan por "mata", sobre todo si son nombres de calles, topónimos u otros accidentes geográficos.

Jesús Laínz comenta con ironía la sugerencia de la Unión de Guardias Civiles de sustituir el "todo por la patria" de los cuarteles por "todo por la democracia, la libertad y la justicia". Añado que se trata de la eufonía de las frases trinitarias, como "la patria, el pan y la justicia" o "café, copa y puro". Los acrónimos más sonoros suelen ser los que contienen tres letras: UGT, UCD, ETA, etc.

Juan Díaz recuerda que, en sus años de estudio en la Academia General Militar, le enseñaron que una de las misiones de la Armada es la de "mantener expeditas las vías de comunicación marítimas". En efecto, así es. La "libertad de los mares" fue defendida por muchos europeos en el siglo XVI cuando se abrió la época de la expansión colonial. Fue un derecho muy anterior a los otros de las libertades modernas (asociación, opinión, prensa, etc.). No estaría mal que se recordara ahora con ocasión de la piratería en el Océano Índico. Uno se pregunta para qué está la OTAN.

Gustavo Laterza (Asunción, Paraguay) me critica mi expresión "falsa polémica" para referirme a las opiniones sobre las causas de la crisis económica. Don Gustavo sostiene que las polémicas no pueden ser falsas ni verdaderas. Cierto es. Quizá la expresión que yo utilicé no fuera muy feliz. Lo que quería decir es que las causas de la crisis económica no se resuelven con las tesis oficiales o manidas del cambio climático o la codicia de los ricos. La prueba es que el clima o los pecados capitales son razonablemente constantes. En mi opinión, la causa fundamental de la crisis económica es la decadencia del valor del esfuerzo y el aprecio de la ociosidad. Tampoco vale decir "ocio" simplemente. La "ociosidad" añade un punto de exceso, de centralidad de la fiesta en la vida corriente, sobre todo la de los jóvenes.

José Mª Navia-Osorio comenta el asunto de la compra de la Caja de Castilla la Mancha por la de Asturias. El hombre se pregunta cómo es que ahora los ahorros de los asturianos van a tener que pagar las locuras del aeropuerto de Ciudad Real o del parque temático del Quijote. La sinrazón la explica el de Oviedo porque en las dos regiones gobierna el PSOE y así "algún consejero asturiano será nombrado para algún cargo de la Mancha de los que están bien pagados. Lo de siempre, un comicio".

José Fidel Ros es un concejal del PP en la localidad alicantina de Pilar de la Horadada. Me cuenta que un sector de su partido va a plantear una movida en un pleno municipal. El objeto es que se cambie por otro el nombre de Matamoros que tiene una calle y una rambla "en aras de facilitar la integración de los muchos inmigrantes de origen magrebí que viven en nuestro pueblo". Me pregunta, angustiado, el hombre: "¿Considera usted ofensivo es nombre?". En absoluto. Lo que considero ofensivo para el sentido común es la mentada moción. En buen español, "matamoros" ha sido siempre equivalente de "valentón", aplicado a un hombre atrevido y un poco chulesco. Por otro lado, siempre se ha dicho "Santiago matamoros". Se creyó que el apóstol Santiago se presentaba montado a caballo para ayudar a los hispanos en las batallas contra los moros. Naturalmente, se trata de una piadosa leyenda. Ni Santiago estuvo en España, ni montó nunca a caballo, ni tuvo contacto con los moros. Pero da igual. También hay leyendas parecidas respecto a Mahoma o a Buda. Las palabras no ofenden; solo la intención.

En Segovia llamaban "matahombres" a un alfiler que empleaban las mujeres para pinchar a los varones que se acercaban a ellas en el baile con propósitos abusivos. "Matagallegos" son unos albaricoques acedos que pueden causar mal de tripa. No tienen que ofenderse los gallegos ni los que se apellidan Acedo. Los cigarrillos hechos de picadura de mala calidad eran los "mataquintos". Al médico se le puede llamar cariñosamente "matasanos". El "matasuegras" es un objeto de broma que se utiliza en las fiestas.

No es cuestión de borrar del diccionario todas las palabras que empiezan por "mata", sobre todo si son nombres de calles, topónimos u otros accidentes geográficos. Por cierto, si prosperara la moción de los concejales del PP de Pilar de la Horadada, les aconsejo que cambien el nombre del pueblo, por si ese "Pilar" pudiera confundirse con la advocación de la Virgen. En cuyo caso, don José también tendría que cambiarse el nombre.

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