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Dr. Enrique de la Morena

Hiperplasia-Hipertrofia benigna de prostata

Podemos utilizar el diagnóstico por imagen que resulta muy útil ya que la ecografía urológica nos permite conocer el tamaño de la próstata y si esta tiene residuo.

La próstata es una glándula de secreción que tenemos sólo los hombres. Se encuentra situada en la excavación pélvica, por debajo de la vejiga y tiene forma de cono, con una coloración gris, de consistencia dura, que suele pesar entre 20-25 gramos. En los niños es muy rudimentaria. Va creciendo en la pubertad ganando consistencia y dureza y a medida que nos vamos haciendo mayores se va haciendo más grande.

La Hiperplasia Benigna de Próstata consiste en un aumento excesivo de la próstata debido a un aumento considerable de células, a diferencia de la Hipertrofia Benigna de Próstata, que es el aumento del tamaño de la célula. Aún se desconoce cuál es la etiología de este proceso. Se piensa que puede ser debido a un desequilibrio hormonal del hombre.

La próstata, como glándula de secreción, tiene varias funciones, entre ellas, la formación del Antígeno Prostático (PSA). Este antígeno sirve para el diagnóstico de las enfermedades de la próstata. Además fabrica enzimas tales como la Fosfatasa Ácida Prostática que también de gran utilidad diagnóstica.

La sintomatología es muy variada. Por ejemplo, levantarnos varias veces por la noche para orinar. También tener sensación de que queremos orinar y finalmente orinamos muy poco. Los urólogos tienen un protocolo internacional (IPSS – Score International Prostatic) para estas patologías prostáticas.

Además de estas técnicas, podemos utilizar el diagnóstico por imagen que resulta muy útil ya que la ecografía urológica nos permite conocer el tamaño de la próstata y si esta tiene residuo. ¿Qué significa esto? Que al aumentar el tamaño de la próstata y al encontrarse por debajo de la vejiga, provoca que se deposite orina que no eliminamos con la micción. Este es el motivo de que tengamos la sensación de querer orinar continuamente.

Al no ser expulsado, ese residuo produce, a menudo, infecciones ya que constituye un medio de cultivo bacteriano. Por lo general, los urólogos suelen llegar a un diagnóstico certero con las pruebas que hemos mencionado y con el tacto rectal. También nos indican el tratamiento adecuado que en un principio suele ser farmacológico y en otros casos, quirúrgico. La experiencia del urólogo es el que determina la mejor opción.

Así, nuestro consejo es que, tal y como las mujeres ya se han concienciado de la necesidad de hacerse todos los años una mamografía y pruebas para saber si tienen problemas ginecológicos, los hombres tenemos que hacer lo mismo con la próstata. Quitarnos ese miedo al tacto rectal, ya que un diagnóstico temprano tiene siempre mejor perspectiva que un diagnóstico tardío.

Los hombres con antecedentes familiares de patología tumoral de próstata deben hacerse estudios a partir de los cuarenta años. Si no tenemos antecedentes familiares, a partir de los 50 debemos hacernos un estudio anual de la próstata. Tanto lo benigno como lo maligno hoy en día tiene muy buenos tratamientos que permiten mantener una muy buena calidad de vida.

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