Los socialistas han iniciado una nueva etapa política, o sea, guerrera. Todo pasa por reforzar el llamado liderazgo de Zapatero y frenar la caída en picado que les dan todas las encuestas. La escenificación del mitin de ayer de Zapatero promete experiencias fuertes. Allí no faltaba nadie. Estaban en el acto hasta González y Barrionuevo. Cierre de filas y utilización de todo lo utilizable para acabar con el enemigo a través de técnicas de guerra. Para un ataque total, como el que plantea Zapatero, se requiere de fuerzas numerosas. Zapatero necesita a todos en perfecto estado de revista para lanzarse al ataque.
Como diría Von Moltke el Viejo, el Gobierno trata de envolver, rodear y aniquilar al enemigo. En cierto sentido, ya lo ha conseguido, porque ha logrado que el frente del PP esté fijo, o sea, cada vez cunde más el descontento sobre las alternativas que el PP pudiera ofrecer a los españoles para salir de la crisis. Por aquí, el quietismo tancredista de Rajoy da miedo, a pesar de la caída del PSOE en las encuestas. Prepárense, en todo caso, los del PP para lo peor. Por un lado, Zapatero cortará todos los caminos hacia cualquier consenso con el PP, naturalmente, con el pretexto de que Rajoy, durante la etapa de España en la presidencia de la UE, tiene que prestarle todo su apoyo. Y, por otro lado, se tratará a los del PP como apestados e incapaces de formular una sola alternativa para sacar al país de la crisis económica; Zapatero en este punto se mostró ayer inflexible e implacable: "En este partido no hay ni una mínima idea para el futuro de España".
No es original Zapatero en sus invectivas, pero su permanente repetición es eficaz para los intereses del Gobierno. En fin, la intervención de Zapatero en el mitin de ayer, como secretario general de los socialistas, clarifica la política del PSOE en los próximos meses, a saber, acumulación de fuerzas para detener la sangría de votos que van a otros partidos o al voto en blanco. Y, sobre todo, la persecución del Gobierno contra el PP se intensificará. Lo único novedoso en este proceso es el modo de ejercer el linchamiento. Sólo se utilizarán tácticas de guerra contra el PP. A medida que transcurra la legislatura y Zapatero pierda apoyos de la opinión pública, el Gobierno, especialmente el ministerio de Pérez Rubalcaba, utilizará los mecanismos de presión propios de todos los gobiernos populistas, a saber, atacar, atacar y atacar antes que el PP logré colocar su mensaje al electorado.
A la par que persigue a la oposición, Zapatero reiterará que el Gobierno está con los más débiles e indefensos ante la crisis. Y un día sí y otro también, el presidente anunciará nuevas leyes para sacarnos del marasmo económico y social. Ayer no se privó, una vez más, de hablarnos de la nueva Ley de Economía Sostenible, un engendro más propio de naciones subdesarrollados que de un país que tiene un puesto relevante en el ranking de la economía mundial.