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Amando de Miguel

El nacionalismo es pecado (venial)

El nacionalista es el que siente la pulsión de que su grupo (pueblo) es diferente al de los vecinos y, en el fondo, superior. Ese sentimiento se agudiza cuando, de su cultivo, resulta más fácil mandar, tener poder y privilegios.

Francisco Javier Fernández Tarrio considera que lo del nacionalismo lingüístico de los vascos se está extendiendo a oras regiones, por ejemplo, a Galicia. Se manifiesta en el reciente discurso de Albero Núñez Feijóo, presidente del Gobierno de Galicia, con ocasión del Día de la Patria Gallega, que antes era el de Santiago, Patrón de España. "Afirma sin pudor [don Alberto] que en Galicia, cuando se habla de don Ramón, sólo puede ser para referirse a Otero Pedrayo". Se pregunta don Francisco Javier si no merecería, al menos, el mismo rango don Ramón Mª del Valle Inclán. Pero, claro, "Valle no complace a las huestes nacionalistas; es el gran olvidado de la cultura oficial gallega".

Sigue quejándose don Francisco Javier de la frase de Núñez Feijóo: "el gallego es nuestra propia lengua". Para don Francisco Javier lo de "lengua propia" se aplica a las personas, no a los territorios, por lo que tan propia de los gallegos es la lengua gallega como la española. Es más, Feijóo "asume, sin tapujos, que las comunidades gallega, española y europea son distintas pero complementarias". Frente a ello, don Francisco Javier asegura que muchos gallegos se sienten españoles precisamente por ser gallegos. Luego el "galleguismo" es una forma artera de nacionalismo. Y concluye: "Hace tiempo que el PP en Galicia y en el resto de España ha asumido la más nefasta de las ideas nacionalistas: la apropiación de los derechos de las comunidades o tribus en detrimento de los ciudadanos o individuos que las forman".

Borja Cabeza Gil-Casares se admira de que en Barcelona haya un hotel llamado "Hotel Joan Carles I" y, en cambio, en Madrid tengamos que llamar "Josep Lluis" a Carod Rovira. Se trata de una de tantas asimetrías que se dan con el nacionalismo catalán.

José Quevedo está de acuerdo con la idea de que el nacionalismo se cura leyendo, "aunque también da muy buenos resultados viajar, ver el mundo". En efecto, son dos aspectos de lo mismo. Ahora bien, hay muchos nacionalistas que son grandes lectores y también inquietos viajeros. La cosa es complicada. El nacionalista es el que siente la pulsión de que su grupo (pueblo) es diferente al de los vecinos y, en el fondo, superior. Ese sentimiento se agudiza cuando, de su cultivo, resulta más fácil mandar, tener poder y privilegios.

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