Menú
Guillermo Dupuy

Guerra en la estratosfera

Aunque ahora Guerra vuelva a ir de crítico del estatuto catalán, recordemos que él fue uno de los que votaron a favor; eso, por no hablar del andaluz y de la "nacionalidad andaluza" que, según él, era "una broma para el 99 por ciento de los andaluces".

A Alfonso Guerra le parece "increíble" que el presidente catalán haya enviado una carta a cerca de doscientas entidades catalanas en las que les reclama una "respuesta unitaria" en caso de que el Tribunal Constitucional recorte el "estatuto" soberanista. A Guerra le parece "muy difícil de entender que una sentencia que no existe y que no se ha podido leer motive una carta, pronunciamientos ni nada", añadiendo que los políticos de Cataluña "están un poco en la estratosfera".

Aunque uno estaría dispuesto a compartir la "incredulidad" de Guerra, la verdad es que a mí ya no me sorprende nada de los socialistas, en general, y de los catalanes muy en particular. Tan "increíble" como cierto es que los socialistas han tenido y siguen teniendo como aliados y socios de gobierno a quienes no tuvieron reparos en reunirse con ETA para, según las propias palabras de la banda no desmentidas por sus interlocutores, "diseñar estrategias conjuntas para la desestabilización del Estado español".

Tan "increíble" como cierto fue también que el entonces presidente de la Generalitat, el socialista Pascual Maragall, en tiempos en los que aun ni siquiera estaba redactadada, amenazó claramente al entonces gobierno del PP con un "drama" si el Congreso de los Diputados no accedía a la "reforma" estatutaria que reclamase el parlamento autonómico.

Aunque ahora Guerra vuelva a ir de crítico del estatuto soberanista catalán, recordemos también que él fue uno de los que votaron a favor de ese engendro en el Congreso de los Diputados; cosa tan "difícil de entender" y tan cierta como que, después de afirmar que "lo de la nacionalidad andaluza es una broma para el 99 por ciento de los andaluces", aprobó un nuevo estatuto para aquella comunidad autónoma que proclama ese y muchos otros disparates.

Volviendo al estatuto catalán, bien está que en la revista Temas para el Debate se puedan leer artículos en los que se recuerda a los nacionalistas que es una "falacia" aseverar que el "estatuto, por el hecho de haber sido aprobado por dos parlamentos y sometido a referéndum en su comunidad, no podría ser declarado inconstitucional". Esta es ciertamente la "falacia" que venía a defender el manifiesto disfrazado de editorial en defensa del estatuto, y que Esperzanza Aguirre, con ironía británica, consideró como "una idea novedosa pero antijuridica".

Sin embargo, no faltará gente que le pueda parecer "increíble" leer tan certera y aguerrida defensa de la separación de poderes en una revista cuyo consejo editorial preside el otrora enterrador de Montesquieu y actual presidente de la Comisión Constitucional del Congreso, Alfonso Guerra.

De lo que estoy seguro es que no son los políticos catalanes los únicos en España que están en la estratosfera de decir y hacer cosas increíbles pero ciertas con tal de seguir en el poder.

En España

    0
    comentarios