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José Antonio Martínez-Abarca

ZP, enterrador y salvador

El presidente Rodríguez Zapatero dirá que sólo él puede solucionar esto porque fue él precisamente quien lo estropeó. Es el principal activo para una ciudadanía que hace tiempo que lo considera pasivo.

Ejemplo absolutamente actual de silogismo vicioso: Rodríguez Zapatero es el presidente del Gobierno, el Gobierno se ha mostrado absolutamente incompetente para solucionar la crisis económica, luego, si no mejora la crisis, Rodríguez Zapatero deberá presentarse otra vez a presidente del Gobierno. Es también el razonamiento electoral que manejan en el PSOE. Pero lo más asombroso es que resulta del todo adecuado al curioso pensar y sentir de esta ciudadanía que aguarda, trabajando en el paro, a un salvador, que puede ser perfectamente la misma persona que el enterrador. En lo más crudo de una crisis económica acentuada y perennizada por la impagable labor de Rodríguez Zapatero, los estrategas de Ferraz especulan con que el pueblo, harto de la labor de los actuales mandatarios, estragado de la marcha de las cosas, sólo daría su respaldo masivo al PSOE si se presentara.... Rodríguez Zapatero. La realidad política española ya es un puro silogismo vicioso y cuanto más tratemos de entender, peor.

Para esto no hacía falta que Blas Pascal en el lejano siglo diecisiete acabara, o pretendiera hacerlo, con la decadencia de la escolástica, sumida en razonamientos derivativos que acababan por no significar nada. El razonamiento especioso por el cual Rodríguez Zapatero ganaría, y sólo él, unas elecciones para el PSOE en una convocatoria donde la gente llegará previsiblemente harta del PSOE se me escapa, francamente. Pero estoy seguro de que en el PSOE no yerran en su diagnóstico, dado que sus propagandistas y auscultadores siempre han conocido diabólicamente bien de qué pie cojean nuestros paisanos. Zapatero dice que España está saliendo ya de la crisis (aunque, matiza, para el que hoy pierda su trabajo, lo peor empieza hoy y ni un minuto menos), pero como España estará saliendo ya de la crisis dentro de dos años o dentro de cuatro, es igual, sabe que tendrá que volver a optar a una segunda reelección como mayor valor electoral para un país cansado hasta el tuétano de él pero que le dará efusivamente su voto si lo ve aparecer de nuevo. Es como lo de aquel alcalde falangista de un pueblo de mi tierra que, llegada la democracia, se presentó a los comicios municipales con este discurso aplastante: "Sólo yo puede solucionar los problemas enquistados de este pueblo, que tan bien conozco. ¿Y sabéis por qué? Porque yo fui quien causó esos problemas". Volvió a ser alcalde, ésta vez democráticamente electo.

El presidente Rodríguez Zapatero también dirá que sólo él puede solucionar esto porque fue él precisamente quien lo estropeó. Es el principal activo para una ciudadanía que hace tiempo que lo considera pasivo. Ya digo que no traten de entender de qué va esto, pero los ciudadanos considerarán que esto es de un proceso lógico indubitable. No sólo Montesquieu: Pascal también ha muerto.

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