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Julio Pomés

Obama y la foto con las góticas

El parto de los montes se ha quedado en un ratoncillo: ser ponente en el desayuno nacional de oración de Obama, evento de segundo orden con el que Obama cumple con Zapatero, y así se ahorra respaldar públicamente a Zapatero en Madrid.

Sorprende que sea la primera vez que el primer mandatario del mundo haga novillos en la reunión más importante de EEUU y Europa. ¿Da el esquinazo Obama a la cumbre europea en Madrid para no perjudicarse del desprestigio que Zapatero irradia? Sin duda es uno de los motivos. A Zapatero ya no le toma en serio ningún dirigente de los países importantes porque ha hecho demasiado el ridículo en el exterior. No hay más que recordar el fiasco de la Alianza de las Civilizaciones y el que se nos rían a la cara los tiranuelos de Latinoamérica, sin que con ello peligre la condonación de las deudas de esos países con España.

El voluntarismo ciego de Zapatero le impidió ver que su papel en Europa iba a ser el de Reina Madre, tal como adelanté en el pasado noviembre: Presidencia europea de ZP devaluada. Zapatero es tan sólo presidente de los Consejos sectoriales de la Unión Europea, algo que ha recordado recientemente Mendez Vigo. Si a la poca autoridad de ese cargo se le añade la arrogancia de dar lecciones de ortodoxia económica al resto de primeros ministros de Europa, cuando en su propio país ha ejercido una política populista nefasta, el rechazo conseguido es completo.

ZP soñaba con que su semestre europeo iba a servirle para recuperar su liderazgo en el ámbito nacional. Un baño de multitudes con Obama, con unas buenas fotos compartiendo sonrisas en la Moncloa era el remate del paseo triunfal hacia ese éxito total profetizado por Leire Pajín. Estuve en aquel famoso desayuno Europa Press en el que la secretaria de Organización del PSOE pronosticó el acontecimiento planetario; he de confesar que no pude contenerme y se me saltó la risa ante la forma y el contenido de su proclama. Ahora el parto de los montes se ha quedado en un ratoncillo: ser ponente en el desayuno nacional de oración de Obama, evento de segundo orden con el que Obama cumple con Zapatero, y así se ahorra respaldar públicamente a Zapatero en Madrid.

Aunque es bien conocida la postura anticristiana de nuestro presidente, hay que dejar atrás los principios cuando perjudican el marketing electoral. Como se dijo de la renuncia al protestantismo de Enrique de Navarra para ser Rey de Francia: "París bien vale una misa". ZP ha hecho lo mismo: Chupar cámara con Obama bien vale una oración aunque yo sea antirreligioso militante.

El problema de la baja credibilidad de Zapatero es que afecta a la credibilidad de España, del mismo modo que el prestigio de Aznar por "el milagro económico español" dio una buena reputación a nuestro país. En el Foro de Davos Nouriel Roubini ha declarado que ve nuestra economía española como "una amenaza inminente para la Eurozona", "un riesgo de desastre" y que la economía española "es un peligro potencial para el euro mayor que Grecia". Hay que ser muy torpe y persistente en un populismo trasnochado para conseguir hundir tan rápidamente a un país y obtener al mismo tiempo tanta desconsideración dentro y fuera de España.

Sin duda a Obama no le agrada acudir a una cumbre convocada por un personaje desacreditado, si además la foto de la misma va a aparecer en toda la prensa internacional. Es indudable que si Sarkozy o Merkel hubieran convocado la cumbre, Obama habría venido. Por último, hablando de fotos con el presidente de EEUU, ¿alguien ha pensado la impresión que se llevó Obama cuando tuvo que hacerse la foto con las góticas? Esos gestos grotescos no salen gratis, sino que van más allá de una foto inapropiada: también contribuyen a descalificar al país a que esa familia representaba en visita oficial.

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