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Amando de Miguel

La moda de los neologismos

Tanto a los profesores como a los alumnos les viene bien que se alarguen los años de permanencia en las aulas de los estudiantes. También salen beneficiadas las autoridades, pues se contienen las cifras de paro. Sale perdiendo el contribuyente.

Una lengua es cosa viva; se nutre de palabras nuevas, que se inventan o que proceden de otros idiomas. Al tiempo, otras muchas caen en desuso. No hay que escandalizarse ni de uno ni de otro proceso.

José Antonio Martínez Pons arguye que le hacen mucha gracia esos neologismos "de ida y vuelta", esto es, que proceden del inglés con un origen latino. Por ejemplo, máster, que, a su vez, procede de la voz latina magíster. Don José Antonio propone que sigamos en España la tradición hispanoamericana de denominar a esos títulos "maestría". Estoy de acuerdo. A mí lo que me interesa más es la "función latente" de esa proliferación de másteres, los cursos que se hacen después de la licenciatura. Tanto a los profesores como a los alumnos les viene bien que se alarguen los años de permanencia en las aulas de los estudiantes. También salen beneficiadas las autoridades, pues de esa forma se contienen las cifras de paro. Sale perdiendo el contribuyente.

Juan Enrique Rica Barriga disiente de mi opinión sobre el anglicismo "credibilidad". Don Juan Enrique sostiene que procede del latín credibilitas, un término común a los teólogos del barroco. Agradezco la información, pero en el uso actual, sobre todo de la jerga política, el origen está en la imitación del inglés. Si se acentúa fonéticamente en la primera sílaba, todavía es más "politiqués". No significa tanto la capacidad de creer o de ser creído como una especie de legitimidad. Hoy la legitimidad fundamental es la de la opinión pública.

José María Navia-Osorio se refiere a un neologismo de moda, el "gap de mejora", algo así como "posibilidad de mejorar", de cumplir los objetivos deseados. Se puede aplicar a los estudiantes, funcionarios, trabajadores o profesionales. En el fondo, según don José María, se trata de un eufemismo para señalar que el sujeto va de pena. Señala también el médico ovetense que lo de benchmarking cae muy bien en las pruebas y diagnósticos. Entiendo por mi cuenta que se trata de un término topográfico o arquitectónico, el "replanteo de cotas". En las organizaciones, el "benchmarking" es la evaluación comparada con los mejores de la clase o de los compañeros de equipo o de trabajo.

Don José María opina que lo de la "transversalidad" está pasado de moda, por ejemplo, "la transversalidad de Rosa Díez". En Medicina, según el de Oviedo, lo que tiene predicamento es los estudios longitudinales o biográficos. Añado que hace más de 40 años hice yo un estudio longitudinal sobre los alumnos del programa PPO (Programa de Promoción Obrera), una especie de formación profesional acelerada (Me lo encargó Villar Mir, que luego sería ministro y gran empresario). Examinadas las biografías de los antiguos alumnos de los cursos PPO, resultaba que casi todos estaban colocados. Ahora bien, muchos trabajaban en una especialidad que no era la que les habían dado en los cursos.

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