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Daniel Rodríguez Herrera

Año 3 después del iPhone

Al menos, parece que el mercado no está muerto, y si no le gusta el iPhone por la razón que sea, a lo largo de este año habrá alternativas que quizá terminen siendo mejores que el teléfono de Apple. Al fin.

Ya han pasado tres años desde que Steve Jobs anunciara que Apple se iba a lanzar al mercado de la telefonía móvil y más de dos y medio desde que los primeros afortunados tuvieran un iPhone entre las manos. La celebración del Mobile World Congress la semana pasada en Barcelona ha dejado clara una cosa, y sobre todo una cosa: en un mercado saturado de fabricantes, la llegada de Apple ofreció algo nuevo que muchos usuarios pronto descubrieron que querían. Desde entonces, todo han sido intentos de ponerse a la altura. Prácticamente todo lo que se ha mostrado en este congreso han sido intentos, más o menos patéticos, de lanzar un "iphone-killer".

Los primeros pasos de los fabricantes demostraron que no sabían de dónde les había venido el golpe. Todo fueron intentos de sacar terminales táctiles bonitos que superaran en características al iPhone. Algo no muy difícil, la verdad, porque el teléfono original de Apple, el de 2007 que no llegó a lanzarse en España, iba muy cortito. La cámara tenía poca resolución, no podía conectarse a redes 3G y ni siquiera podía enviar o recibir mensajes multimedia MMS. Pero claro, lo esencial no eran las características. Era la experiencia de usarlo. Es, por decirlo claro, el "¡cómo mola!".

Desde entonces, el iPhone se ha puesto a la altura de sus rivales y es de esperar que el de este año prácticamente elimine los flancos de ataque más evidentes en ese apartado. Mientras tanto, el rival más duro que ha tenido han sido los diversos móviles equipados con Android, cuyo ejemplar quizá más destacado, el Motorola Milestone, llegará pronto a nuestras tiendas. Pero lo cierto es que tampoco aportan gran cosa que los haga más deseables que el iPhone, como no sea el hecho de tener un teléfono distinto, que los de Apple empiezan a ser una plaga. En Manhattan, por lo que vi, lo raro es encontrarse un Nokia.

Para confirmarlo no hay más que ver lo que ha dado de sí esta feria. El Samsung Wave, con un sistema operativo propio que aún necesita un pulido y su propia tienda de aplicaciones. El HTC Desire, una versión levemente mejorada del Nexus One de Google, fabricado también por la compañía taiwanesa. El Sony Ericsson X10, un buen terminal Android con, eso sí, una cámara espectacular. El Motorola Milestone. Y poco más, en cuanto a terminales. Parece que no haya nada capaz de destronar al iPhone ofreciendo algo nuevo.

¿O no? La verdad es que la principal novedad ha venido de quien no se espera nunca demasiado en materia de innovación, de Microsoft. Los autores de Windows Mobile, un gran sistema operativo móvil en su época ahora claramente superado por casi todos los demás, han decidido hacer borrón y cuenta nueva y crear uno nuevo partiendo de cero. El nombre, que ya podían haber escogido uno más cortito: Windows Phone 7 Series. Los fabricantes que lo utilizarán serán pocos y tendrán unos duros requisitos que cumplir en cuanto al hardware. Todos deberán usar pantalla táctil de un formato específico y tener cinco botones físicos, así como WiFi, GPs, acelerómetro, cámara y radio FM. La idea: no fabricar teléfonos propios pero controlar la experiencia de usuario tanto como Apple.

Y es ahí donde están las novedades. Microsoft ha abandonado el interfaz en el que pulsamos sobre unos iconos para arrancar unas aplicaciones. Basado en parte en su reproductor Zune y en parte en Windows Media Center, las funciones estarán divididas en una serie de centros de actividades que son lo que nos encontraremos en la pantalla en un primer lugar. Dos de ellos serán el de vídeo y música y el de videojuegos, sacados de Zune y Xbox Live respectivamente. El interfaz es así aún más minimalista y atractivo, a primera vista, que el de iPhone. Parece como si esta vez Microsoft haya querido ser más Apple que Apple. El problema reside en que no estará listo hasta finales de año y quién sabe qué habrán hecho los demás a esas alturas. Pero al menos parece que el mercado no está muerto, y si no le gusta el iPhone por la razón que sea, a lo largo de este año habrá alternativas que quizá terminen siendo mejores que el teléfono de Apple. Al fin.

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