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Guillermo Dupuy

Un acuerdo con quien no sabe lo que quiere

Nadie debería ya dudar de que lo único que quiere este Gobierno con el consenso de marras es encubrir su propia falta de criterio para combatir la crisis y eludir su responsabilidad a la hora de gobernar.

Visto el bochornoso espectáculo que ha supuesto la primera reunión de la llamada "Comisión Zurbano", que supuestamente busca un consenso contra la crisis, lo primero que tendrían que hacer los miembros del Gobierno es ponerse previamente de acuerdo entre ellos en cuáles son sus propuestas y qué es lo que quiere negociar con los demás.

Lejos de hacer llegar sus propuestas con la suficiente antelación a los partidos convocados, lo que ha hecho el Gobierno es remitirles, a tan sólo doce horas de la reunión, un guión de únicamente tres folios donde no aparece ni una sola propuesta concreta que someter al consenso. Para colmo del ridículo, la poca concreción se ha dado en alguna "propuesta" que, como la referida al desarrollo de un nuevo modelo portuario en España, ya estaba firmada por el PSOE y el PP desde el pasado 5 de octubre.

No menos bochornoso ha sido el capitulo de los planes de congelación salarial que el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, ponía sobre la mesa en la víspera de la reunión, pero que ahora ha sido desmentido por Fernández de la Vega, Chaves y hasta la propia Salgado.

De auténtica tomadura de pelo cabe calificar también la decisión del Gobierno de no incluir en el guión de la reunión algo tan esencial y relacionado con la crisis como es la reforma de nuestro mercado laboral. Pero, ¿qué cabe esperar de una comisión anticrisis de la que queda excluido el propio ministro de Trabajo?

El esperpento ha continuado con las reacciones que han tenido los asistentes a la salida de la reunión. Mientras Salgado salía de la cita asegurando que había sido "muy positiva" y que así lo valoraban todos los grupos incluido el PP, Montoro no salía de su "desconcierto" y de su "perplejidad" ante la clamorosa falta de contenido de la misma. Más expresiva aun ha sido la reacción de Duran y Lleida que directamente ha advertido que CiU se "levantará de la mesa" si lo que busca el Gobierno es "una coartada para ganar tiempo".

Hasta tal punto han sido discrepantes las reacciones, que el portavoz socialista en el Congreso, José Antonio Alonso, se ha visto obligado a contradecir a su vez a la ministra Salgado al afirmar que ve "muy difícil, si no imposible" un acuerdo con el PP.

Para remate del desconcierto, Salgado ha anunciado una "importante reducción de empresas públicas", pero sin informar de qué empresas se tratan o con qué ministerios se relacionan, en un anuncio que pillaba por sorpresa a todos los asistentes a la reunión.

Mientras tanto, la Comisión Europea ha hecho pública una previsión de caída del PIB español para este año del 0,6%, que es el doble a la prevista por el Gobierno de Zapatero.

Así las cosas, nadie debería ya dudar de que lo único que quiere este Gobierno con el consenso de marras es encubrir su propia falta de criterio para combatir la crisis y eludir su responsabilidad a la hora de gobernar. Esperemos que la oposición, una vez abandonada su "perplejidad" y "desconcierto", desmonte su coartada.

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