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Alfredo "superstar"

Es significativo que las operaciones contra la banda se realizan cada vez más en fin de semana, cuando la baja tensión informativa permite la utilización política de las detenciones.

Hace unos días comentábamos en estas mismas líneas la tendencia del ministro de Interior de evitar dar explicaciones sobre temas de indudable interés para la opinión pública. Da igual que se trate del aumento del número de delitos cometidos en nuestro país, de la presencia de terroristas islámicos traídos y mantenidos por el Gobierno, o del escándalo del bar Faisán –en el que incluso algunos etarras señalan directamente a Rubalcaba con el dedo–, su ausencia es notoria. No compadece ante la opinión pública, ni ante el Parlamento, en relación con cuestiones básicas de su trabajo. Se esconde, y cuando se le pregunta, se encoje de hombros y habla de calumnias.

Lo cual contrasta con la rapidez con la que busca una cámara cada vez que algún miembro de ETA es detenido. Lo hace, en primer lugar, con una rapidez inusitada, cuando la operación aún está abierta, lo que posibilita que la banda pueda reaccionar a tiempo. El ministro, ávido de propaganda, se muestra imprudente cuando corre a la tele a informar. En segundo lugar, su ansiedad por comparecer el primero ha causado problemas con otros países con los que habría que ser cuidadoso; es el caso de Portugal. En tercer lugar, al comparecer deprisa y corriendo, Rubalcaba ha cometido errores relativos al número de etarras detenidos o al tipo de material incautado, dejando en mal lugar a las fuerzas de seguridad.

Sin embargo, no es esto lo peor de la actitud tomada por el ministro. Las filtraciones a los medios de comunicación de operaciones muy delicadas se han disparado desde que Rubalcaba es ministro; las noticias sobre detenciones de importancia circulan por algunos medios antes incluso de que se produzcan. En algunos casos, algunos medios de comunicación han conocido de antemano la existencia de operaciones en marcha contra la banda, justo antes de que Rubalcaba aparezca para comentarlas. La agenda política, y más que política propagandística, está imponiéndose a las fuerzas de seguridad.

El último caso es el de TVE, cuyas cámaras de televisión estaban presentes en la detención del llamado "aparato militar" de ETA. El equipo de la televisión pública estaba apostado para captar las imágenes de la operación. No es la primera vez que TVE ofrece en exclusiva imágenes que por definición no debiera tener. Por otra parte, es significativo que las operaciones contra la banda se realizan cada vez más en fin de semana, cuando la baja tensión informativa permite la utilización política de las detenciones, o cuando al propio ministro le viene bien para escabullirse de los otros líos en los que anda metido.

¿Se está utilizando la lucha antiterrorista con fines políticos? Las denuncias surgen de las propias fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, que afirman que algunas operaciones han sido aplazadas o adelantadas en función de la agenda política de Rubalcaba. Rubalcaba puede seguir la senda obsesiva de Chacón por la imagen y convertirse en Alfredo superstar. Algo que para él puede funcionar para salir de la quema, pero que es de una gravedad inmensa cuando se habla de lucha antiterrorista. Esperamos sus explicaciones.

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