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Clemente Polo

Asuntos privados

Varios meses perdidos y quién sabe si con tanto cambiar de mano el pobre CD no acabará extraviado o caerá en las manos de algún alma bien intencionada que borrará por error su contenido.

Hace unos días publiqué un artículo titulado No hay dos bobos sin tres que continuaba la saga de otros dos artículos publicados en noviembre sobre el saqueo de las arcas del Palau. En él daba cuenta de la comparecencia en un juzgado de lo laboral en Barcelona de una de las personas implicadas, la Sra. Gemma Montull, que había interpuesto hace unos meses una demanda por despido improcedente contra la nueva dirección del Palau. Acababa el texto con una nota de ironía: solicitaba al juez encargado del caso que restituyera a la Sra. Montull no el puesto de directora financiera que figuraba en su tarjeta de visita, sino en el que realmente había ejercido de ‘conserja’ sustituta con funciones de cobradora de cheques y pedía para ella que en lugar de los 8.366 euros que cobraba al oficializarse su posición se le aumentara a 10.000 euros para resarcirle de la incomprensión del nuevo equipo gerente que osó despedirla.

Dos nuevas noticias sobre el caso han vuelto a provocar mi asombro. La primera es que la Sra. Clara Millet, hija del Sr. Félix Millet, autor confeso junto con el Sr. Jordi Montull del saqueo, ha ganado ya su demanda por despido improcedente contra los nuevos gestores del Palau y de la Fundació Orfeo Català-Palau de la Música Catalana. A pesar de haber desempeñado el cargo de Directora del Departamento de internacional en el organismo, el juez no encuentra responsabilidad alguna en el hecho de que el "Estudio económico de mercado extranjero para el año que viene" nunca se realizara aunque el autor, su padre, se embolsara 278.075 euros por ello. Tampoco aprecia responsabilidad alguna en la circunstancia de que la Sra. Millet fuera beneficiaria de un viaje de familia por las islas Maldivas y la Polinesia con un coste aproximado de 500.000 euros para el Palau; quizás el juez apreció, en este caso, que la Sra. Millet realizó un viaje profesional y estaba encargada de informar puntualmente a su padre sobre la realidad internacional de las islas. Y, ¿cómo achacarle a la joven Millet que no supiera quién se había hecho cargo de los 56.987 euros (a los que habría que añadir 26.784 en concepto de alquiler del local) que el Palau desembolsó con motivo de su enlace matrimonial celebrado, cómo no, con gran fasto en el Palau? Seguro que el juez ha pensado que en las familias bien educadas nunca se habla de dinero. Así que una vez analizados los hechos, el juez ha exigido a los nuevos gestores del Palau restituir a la Sra. Millet en su puesto o abonarle 79.098 euros en concepto de indemnización.

La otra noticia resulta también bastante incomprensible. La policía autonómica catalana, los ‘Mossos d’Escuadra’, se niega a transcribir al juez Solaz que instruye el caso del Palau las conversaciones grabadas por orden judicial entre los responsables de la institución los días previos a su intervención en julio de 2008. Según se desprende de la información publicada, el prestigioso despacho de abogados Molins que defiende a los acusados solicitó en noviembre del año pasado, "la destrucción del CD con las escuchas telefónicas realizadas por orden judicial el 21 y 22 de julio, así como el 23 del mismo mes coincidiendo con el registro de la institución". La abogada de la Generalitat, que escuchó las "más de 900 anotaciones registradas en el CD", se opuso a la solicitud de la defensa, al considerar "que algunas conversaciones tenían interés para la investigación penal", especialmente las de Gemma Montull con su padre Jordi Montull. Por ello, la abogada de la Generalitat solicitó al juez Solaz la transcripción de las mismas y éste ordenó el 23 de diciembre "que se transcribieran las que tuvieran interés para la causa" y se omitieran las que "versen sobre asuntos privados". Pues bien, el subinspector O. Núñez Aparicio jefe fe de la unidad adscrita a la Fiscalía Provincial manifestó al juez el 13 de enero del presente que la transcripción no se había realizado ya inicialmente porque el "contenido no era de interés para la investigación" y devolvió el CD al juez. Varios meses perdidos y quién sabe si con tanto cambiar de mano el pobre CD no acabará extraviado o caerá en las manos de algún alma bien intencionada que borrará por error su contenido. Siempre nos quedará la posibilidad de que alguna pluma caritativa recree esas conversaciones intrascendentes en el futuro.

P.D. Las últimas noticias publicadas sobre el caso dan cuenta de que los nuevos gestores del Palau han decidido readmitir a la Sra. Millet para no pagarle la indemnización fijada por el juez de lo social.

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