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¿2005? No: 2010

Hoy, la situación es calcada a la del año 2005: los rumores y noticias, la inquietud de las víctimas. Eso sí, los mismos de antes dicen y hacen lo mismo que antes.

Era el año 2005 cuando los rumores sobre las reuniones entre socialistas y etarras eran ensordecedores. Aún no se sabía pero para esas alturas, el PSOE y ETA estaban pactando incluso la declaración institucional que Zapatero leería en junio de 2006. Pero eso no fue obstáculo para que el PSOE calificara de infamias y mentiras esos rumores, exigiera pruebas y exigiera rectificar a los que denunciaban lo que al final se descubrió verdadero.

Poco despues, se supo que todo era verdad: el PSOE negoció con ETA mientras negaba estar haciéndolo. Después ETA declaró la tregua, y el PSOE se volcó y volcó a los suyos en el "proceso de paz". Los medios de comunicación que consideraban insultante pensar que los socialistas se veían a escondidas con ETA, ahora no sólo lo veían bien, sino que lo apoyaban. Entonces hablar de negociación ya no era una infamia de Acebes y de la vieja guardia, sino algo lógico, un reconocimiento al ansia infinita de paz. Los mismos que llevaban meses diciendo que lo de la negociacion era mentira, ahora decían que sí, que sí, que era verdad pero que en vez de denunciarla había que hacerla y apoyarla. Y todo con la misma solemnidad y rictus serio que usaban antes.

Hoy, la situación es calcada a la del año 2005: los rumores y noticias, la inquietud de las víctimas. Eso sí, los mismos de antes dicen y hacen lo mismo que antes. En este caso, hay algo que no ha cambiado y algo que es distinto a entonces. Como afirma con acierto Mayor Oreja, el hecho fundamental que no cambia es la existencia de dos proyectos políticos, el de ETA y el de Zapatero, democráticamente involucionistas: ambos tienen en común la necesidad de destruir a corto plazo el maltrecho régimen nacional y constitucional de 1978. Ambos buscan repetir la transición, bien es verdad que en clave distinta, secesionista unos y repúblico-populista otro. Esto fue lo que llevó al PSOE a pactar con ETA en 2005 –más que el cálculo electoral de Zapatero– y esta connivencia es lo que no ha cambiado hoy y permanece intacta.

Pero hoy de entrada hay dos diferencias. La primera afecta al gran obstáculo de 2006-2007, al PP, que tras perder un tercio de los votos apoya en el País Vasco al Gobierno de las mismas personas que pactaron con ETA contra él. En su nueva etapa, éste está perdiendo la confianza de víctimas y asociaciones cívicas, que son, como en 2005, las primeras que están dando la primera voz de alarma. Hundida la AVT, perseguido Alcaraz por la izquierda con más hostilidad que el abertzalismo, las víctimas observan con vértigo y pavor como la segunda ronda de contactos les pilla solas y aisladas. Pase lo que pase, es preocupante observar que desde 2008 se ha partido el campo de quienes en 2006 se opusieron y frenaron los pactos de Zapatero con ETA.

La segunda diferencia es que la negociación tiene ahora un carácter distinto. Tras lo ocurrido en 2007, una negociación "clásica" de desarme de ETA a cambio de concesiones políticas, está descartada. Los socialistas estarían hoy presionando en el punto más débil, el aparato político de la banda. La Ley de Partidos –que por cierto el PSOE entorpeció en el año 2003, y que vulneró en 2007– ha asfixiado políticamente a la izquierda abertzale, y esta asfixia es con la que los socialistan la chantajean hoy: o se sienta a la mesa ahora, se blanquea luego y se pacta con el PSOE después –en un pacto a la catalana–, o el aparato de ETA arrastrará en la caída a todo su entramado politico y social. Le ofrecen un salvavidas político e institucional

Este parece ser el escenario a día de hoy. Como en 2005, los socialistas vuelven a utilizar el lenguaje pastoso y buenista de los brazos abiertos: entonces la idea era: "el único destino de aquellos que comprenden la violencia es condenarla", decía Zapatero en 2005. Y como un calco, en 2010 afirma que la izquierda proetarra debiera salir a exigir el abandono de las armas para ser escuchados. "Saben bien lo que tienen que hacer" (en TV3 el 23 de marzo). Pese a que su interlocutor es el aparato institucional de ETA, el horizonte político es el mismo pacto al que se llegó en 2005 y se hizo público en 2006: anticonstitucional y antiespañol. La idea es la misma, sólo que algunas circunstancias han cambiado. Los árboles no deberían impedir ver el bosque.

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