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Agapito Maestre

Lecciones de la encuesta de El Mundo

He ahí el asunto decisivo en todas las democracias de opinión. Bastaría con defender esa información con inteligencia, y un poco más de contundencia y coraje, en los medios de comunicación para que las expectativas siguiesen aumentando sin freno posible.

Los dirigentes del PP están locos de alegría con los resultados de la encuesta encargada por El Mundo a Sigma Dos y publicada durante los tres últimos días. No podían pedir más las bases populares con un líder tan poco carismático y un partido casi desmovilizado a la hora de la protesta en la esfera pública. La encuesta en sí mima es el mejor trabajo que El Mundo, quizá sin "querer", ha prestado al PP. Esta encuesta encargada por Pedro J. Ramírez –nadie olvide que detrás de todo este guisado demoscópico está el director de El Mundo– es toda una apología del postulado más importante de Noelle-Neumann, la persona más sabia que ha dado el positivismo político en el siglo veinte, a saber, las expectativas de los votantes son más decisivas que sus preferencias.

Son, en verdad, las expectativas abrigadas por los ciudadanos determinantes para saber el destino político de la democracia. Y las predicciones en este estudio son claras: hay una mayoría que espera que el PP llegue al poder; más aún, a pesar de su bajo perfil a la hora de ejercer el liderazgo, hay una amplia mayoría de ciudadanos que aguardan a que Rajoy alcance la presidencia del Gobierno. Por lo tanto, independientemente de las preferencias de los consultados, es decir, de quienes quieren que ganen, destaca que la mayoría ve y prevé ganador al PP. La intención es todo. He ahí el asunto decisivo en todas las democracias de opinión. Bastaría con defender esa información con inteligencia, y un poco más de contundencia y coraje, en los medios de comunicación para que las expectativas siguiesen aumentando sin freno posible.

Pero, independientemente del uso que haga el PP de la encuesta, el mensaje del estudio demoscópico es nítido: el PP arrasa donde gobierna, conquista nuevas plazas y, en general, sube en todas partes. Sin embargo, me llama poderosamente la atención un lunar y una hipérbole de la encuesta. El lunar es obvio y la hipérbole, sin duda alguna, más política que literaria, esconde la clave de todo el trabajo, al menos, así opina un gran amigo que me ha sugerido la idea.

El lunar está a la vista: Cataluña. ¿Dónde esta el PP de Cataluña? ¿Cuánto y cómo crece el PP en la comunidad gobernada por Montilla? No hay demasiada información al respecto. Pareciera que toda la encuesta está dirigida a ocultar el fiasco del PP en tierras catalanas: entre tanto éxito del PP, que contrasta con el derrumbe del PSOE, los pobrísimos resultados del PP en Cataluña pasan desapercibidos. Recuerdo, según indicaba en mi anterior columna, el drama, o peor, patetismo que debería suponer para un partido democrático y fuerte gobernar para toda España con una presencia institucional tan escasa en Cataluña. No se ve por ningún sitio cómo podrían remontarse las pobres expectativas del PP en la taifa de Cataluña. Excepto el dato de que el PP alcanzaría los 5,7 puntos en unas próximas elecciones, no veo otros datos en las entregas de El Mundo. ¿Quizá el estudio de Sigma Dos podría situar al PP en quinto puesto como han reflejado otras recientes encuestas? ¿Quizá en una próxima entrega de Sigma Dos-El Mundo nos muestre que el PP de Cataluña ha dejado el último puesto entre los partidos de los considerados importantes de esta comunidad?

Contrasta la escasa presencia del PP en Cataluña con su crecimiento espectacular en Valencia, a pesar de la trama Gürtel y los trajes de Camps. El caso de Valencia es más que un tsunami. Lo de Valencia es un choque de placas tectónicas que vuelve a redefinir los ejes sobre los que girará de nuevo el PP. Rajoy, definitivamente, no dependerá de Camps. El presidente del PP pronto prescindirá del hombre que le prestó su principal apoyo. Toda la encuesta puede leerse como un ejercicio para que Rajoy se libere de Francisco Camps. Son suficientes un par de datos para avalar el argumento: por un lado, Camps es el único presidente "popular" que saca un suspenso en su gestión, es el barón del PP con peor puntuación, pero, sobre todo, el 55,1 % de los encuestados consideran que no debería ser el candidato a la Generalidad de Valencia; y, por otro lado, Rajoy tiene una candidata casi sin rival: Ritá Barberá.

De Camps a la "vieja-nueva" guardia. De Camps al "dejà vu" de Zaplana. Sí, sí, este viejo dirigente pudiera ser uno de los destinatarios principales de la encuesta. Al tiempo.

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