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Amando de Miguel

Cuestiones personales halagadoras

Le anticipo la inminente publicación de mis Memorias (editorial INFOVA), donde se dará cumplida cuenta de mi evolución intelectual y política. Será mi obra culminante (por el momento).

Mi cofrade Francisco Marcos Marín me pide que en este rincón emita más opiniones mías sobre la lengua y dedique menos atención a las consultas sinsorgas. Procuraré atender a esa petición. Hace 10 años así se montó esta seccioncilla. Con el tiempo ha ido adquiriendo un carácter interactivo, como se dice ahora. Es el signo de los tiempos y de los medios. Lo que sí rechazo es dialogar sobre aspectos que nada tienen que ver con la lengua. Aun así, cuando no contesto a algunos corresponsales, estos se me enfadan. No sé qué hacer. Por otro lado, mis opiniones sobre la lengua puede que sean demasiado arbitrarias o arbitristas.

Alberto Gaforio (Altea, Alicante) es socio del Club Náutico de Altea. Me pide que explique algo más de mi novela inédita sobre el viajero del tiempo que desembarca en Altea. Es una especie de chanza a propósito de la "máquina del tiempo" de H.G. Wells. Efectivamente, un sabio de hace un siglo se desplaza hasta nuestros días. Lo hace a través del meridiano cero. Es el que deja precisamente la Península Ibérica por Altea, exactamente por el Club Náutico. El juego me permite narrar el asombro de ese visitante del pasado ante algunas costumbres de nuestro tiempo. No creo que mi novela se vaya a publicar nunca. Es una simple humorada que cualquiera puede escribirla.

Juan Francisco Otero Vergas (Madrid) me felicita por este trabajo mío de descender de la cátedra a la plaza pública para tratar cuestiones del habla común. Don Juan Francisco recuerda con cariño a su profesor, Antonio Bort. El cual repetía la frase don Quijote: "Llaneza, Sancho, que toda afectación es mala". Apunto que la frase exacta del Quijote es "llaneza, muchacho, no te encumbres, que toda afectación es mala". No la dirige don Quijote a Sancho, sino maese Pedro a su ayudante o trujimán. Las cosas como son.

Mercedes Azar (Neuquén, Argentina) se lamenta de que en su país sólo ha encontrado un libro mío, La perversión del lenguaje, pero me sigue en Libertad Digital. Siga usted esa fuente más viva. Le anticipo la inminente publicación de mis Memorias (editorial INFOVA), donde se dará cumplida cuenta de mi evolución intelectual y política. Será mi obra culminante (por el momento). Está llena de disquisiciones sobre palabras y significados. En la misma editorial he publicado La magia de las palabras, que completa el libro Se habla español (Biblioteca Nueva), cuyo autor principal es Francisco Marcos Marín. Como puede verse, La perversión del lenguaje queda un poco antigüito.

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