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Jaime de Piniés

Volatilidad en el ojo del huracán

Mucho esfuerzo y dedicación van a tener que dedicar las autoridades de Washington y Berlín para dotar a España de credibilidad. Con reformas como las propuestas por nuestro Gobierno, los mercados simplemente analizan y actúan; si dudan, por algo será.

Otra semana de máxima volatilidad en los mercados de renta fija. El diferencial del bono español a diez años con el alemán superó 250 puntos básicos aunque a finales de semana retrocedió a 190. La escalada es fruto de la reforma laboral, a todas luces corta e insuficiente; en contraposición, el descenso se debe al aluvión de buenas palabras dirigidas hacia nuestro país desde el FMI y nuestros socios europeos, así como la oportuna filtración de que tanto el Santander como el BBVA son los dos bancos mas solventes de Europa según un stress test oficial aun no publicado.

Veamos primero los factores que desencadenaron el ascenso del riesgo país: la reforma laboral propuesta por el Gobierno a través de un decreto ley que será tramitada como ley en las Cortes.  

La reforma del mercado de trabajo propuesta por Rodriguez Zapatero generaliza el contrato de fomento de empleo con una compensación de 33 días por año trabajado en caso de despido improcedente, en lugar a los 45 días para los contratos fijos ordinarios. Además, la reforma incluye un abaratamiento aun mayor de 8 días haciendo uso del Fondo de Garantía Salarial, el denominado Fogasa. Pero cómo se dota recursos Fogasa no se ha explicado y esto es fundamental. Si son los propios empresarios, flaco favor se les hace, pero es que cabe incluso la posibilidad de que una empresa sana podría acabar subsidiando los despidos de otra, aun dándose el caso de que fuera su competencia directa. 

La reforma del mercado de trabajo también pretende aumentar el coste para el despido de los trabajadores temporales, pasando de 8 a 12 días de compensación al año. Esta medida no elimina la temporalidad y por ende, la dualidad del mercado de trabajo en España, más bien lo perpetúa. Pero es que el Gobierno, no sólo contento con esto, parece decidido a aplazar la entrada en vigor de este aspecto posponiéndolo hasta el año 2012.

Por otro lado, el proyecto incluye para las empresas en serios problemas económicos que los despidos objetivos se puedan llevar a cabo con una compensación de tan solo 20 días por año. Ahora bien, el Gobierno se niega a especificar las condiciones objetivas y lo deja en manos de los jueces. Es decir, judicializa el problema y esto es más que probable sinónimo de que no se abaratará el despido. 

Otras lagunas en que incurre la reforma podrían ser la negociación colectiva que se mantiene igual, o cómo se va a financiar el fondo de capitalización para que cada trabajador "porte su seguridad social" de una empresa a otra (el llamado modelo austriaco). Aspectos, ambos, importantes para flexibilizar el mercado de trabajo español.

En definitiva, los mercados internacionales son fríos, calculadores y si los datos objetivamente son aceptables, reaccionan; por el contrario, si los datos no son aceptables, también reaccionan. La reforma presentada por el Gobierno, y pendiente del trámite en las Cortes que alargará aun más la incertidumbre sobre la reforma final, se queda muy cortita. Por lo tanto, la subida en el riesgo país estaba más que justificada.

Como contrapartida, el FMI y nuestros socios comunitarios han reaccionado cumpliendo el papel oficial que les corresponde: indican que el paso dado por el Gobierno de Rodriguez Zapatero se encuentra en la buena dirección. Tras años de inmovilismo, finalmente el Gobierno ha dado un paso de gobierno.  Eso es positivo y así se lo han hecho saber. Por otro lado, la oportuna filtración de que España cuenta con algunos de los bancos mas solventes del mundo es también cierto y un importante puntal entre los contados puestos de competitividad que disfrutamos los españoles. 

Sin embargo, mucho esfuerzo y dedicación van a tener que dedicar las autoridades de Washington y Berlín para dotar a España de credibilidad.  Con reformas como las propuestas por nuestro Gobierno, los mercados simplemente analizan y actúan; si dudan, por algo será.

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