Menú
GEES

Riesgo por paz

¿Qué riesgos le va a pedir Obama ahora a Netanyahu? ¿Que se retire de Cisjordania y la zona acabe en manos de Hamas como ocurrió con Gaza tras la retirada completa de Israel?

En la visita de Netanyahu a la Casa Blanca a comienzos de julio, Obama dijo del primer ministro que era una persona dispuesta a asumir "riesgos por la paz". Ahora que Obama ha logrado forzar unas conversaciones con miras a un acuerdo final entre israelíes y palestinos, conviene preguntarse qué quería decir con aquella frase. ¿A qué riesgos se refería?

Cuando se habla de la segunda intifada, además de olvidar que comenzó por orden del afamado terrorista y Nobel de la Paz, Yasir Arafat, también suele olvidarse un dato más que relevante: más de mil israelíes murieron a manos de los terroristas en esos años. Esto es, en cuatro años, los palestinos moderados de Arafat segaron tantas vidas como ETA en toda su sangrienta historia. O puesto de otra manera, si la intifada hubiera tenido lugar en España, entre el año 2000 y 2004 el terrorismo habría matado a más de 7.000 personas y herido a cerca de 40 mil. Casi nada.

Y todo ello porque alguien en Washington había tenido la ocurrencia de que la solución al conflicto palestino pasaba por "tierra por paz", lo que llevó a Ehud Barak, entonces primer ministro, a renunciar a Gaza y a casi el 90% de Cisjordania. Precisamente el suelo desde donde, al rechazar Arafat el acuerdo, se lanzaría la nueva intifada; pues fue la OLP, no Hamas, la madre de la ola de terror y destrucción de esos años.

El actual primer ministro israelí, que no es ningún tonto, sabe en primera persona que las concesiones nunca le han sentado bien a Israel. Empezando por la aceptación de la partición de 1947 acordada en la ONU y rechazada por los árabes a las pocas horas, con su ataque armado colectivo para expulsar a los judíos de sus tierras y destruir al Estado de Israel.

Es difícil imaginarse tener que sobrevivir todos los días defendiendo el derecho a vivir en paz, libre del temor a saltar por los aires. Pero esa es la condena que el mundo ha impuesto a los israelíes. No sólo se debe vivir bajo el riesgo, sino que se debe soportar la continua deslegitimación de su derecho a la autodefensa y a la existencia misma como pueblo en un territorio.

Esta semana el ejército israelí ha desmantelado una sección del muro de protección antiterrorista en los alrededores de Belén (ese enclave tan simbólico para el cristianismo donde apenas se deja subsistir a un puñado de cristianos por la presión musulmana, dicho sea de paso), porque creen que ya no es necesario gracias a haber desmantelado la red terrorista de la zona. Y es que esa verja que se llevó con gran fanfarria al tribunal de La Haya, no responde al designio imperialista que se le achacaba, sino que es un simple instrumento de seguridad, necesario mientras prime lo contrario, la inseguridad.

¿Qué riesgos le va a pedir Obama ahora a Netanyahu? ¿Que se retire de Cisjordania y la zona acabe en manos de Hamas como ocurriócon Gaza tras la retirada completa de Israel? ¿Que desmantele los puntos de control con los que se filtran los movimientos de los terroristas? ¿Que renuncie a los asentamientos y se retire al Israel previo a la guerra de 1967?

Obama y los palestinos coinciden en una cosa: que entienden la política como un espectáculo. Pero visto desde Israel es un triste espectáculo cuyo resultado no ha sido hasta ahora más que un drama. El primer ministro Netanyahu lo sabe. Y nadie debiera pedirle que asuma aún más riesgos reales en aras a una promesa de paz que nadie sabe cuándo podría cumplirse.

En Internacional

    0
    comentarios
    Acceda a los 1 comentarios guardados