Ocho victorias sin fallo en los amistosos de preparación bien justificaban el optimismo. No importaba demasiado que siete hubieran sido en casa, con ese punto casero que tienen los arbitrajes en los amistosos de baloncesto. O que algunos de los rivales hubiesen venido de poco más que turismo. Éramos favoritos... hasta que llegó una infravalorada selección de EEUU y nos manchó el expediente en el último examen. Cierto que sólo se perdió de uno pero, pese al optimismo forzado de las crónicas, la sensación que dejó el encuentro fue de cierta inferioridad. Una sensación que los americanos corroboraron días después con una descomunal victoria en Grecia en su último amistoso previo.
Quizá perder el cartel de favorito le venga bien a España (que se lo digan a nuestra selección de fútbol). Lo realmente grave de ese último amistoso fue la baja de Calderón por una inoportuna lesión muscular. No se puede vender humo, la candidatura de España a renovar el oro queda inevitablemente coja sin Calderón ni Pau Gasol en el equipo.
Esperando a Rudy
Ahora bien, este grupo merece un margen de confianza en la adversidad. Recordemos que ganó la final del Mundial de Japón sin Gasol (lesionado en semifinales) y el Eurbasket sin Calderón. El campeonato dura dos semanas, tiempo suficiente para un necesario paso al frente de algunos jugadores bajos de forma. Me explico. Aunque en los nueve amistosos se ha visto un poco de todo, queda la sensación de que la selección depende del rendimiento de cuatro: Marc Gasol, Navarro, Ricky y Felipe (en este orden).
Cualquier contribución es bienvenida, pero hay especialmente un jugador del que se espera mucho más: Rudy Fernández. Disperso e irregular en la preparación, su incertidumbre contractual es un hándicap. Llegado el momento en la batalla, necesitaremos de su mejor versión.
¿Quién es Francia?
En estas arranca este sábado el Mundial y el camino empieza ante una Francia marcada por las bajas, entre las que destacan las de los NBA: Tony Parker, Joakim Noah y Mickael Pietrus. ¿A quién deben seguir la pista? Tres jugadores especialmente. El espigado alero Nicolas Batum, aún compañero de Rudy en Portland, demostró este curso en la NBA que puede ser mucho más que un especialista defensivo. Boris Diaw (Charlotte Bobcats) es un 3-4 de talento, solvente en la pintura, gran asistente, pero discreto según se leja del aro. Por último, y barriendo para casa, conviene no perderse al atípico base del PE Valencia Nando de Colo, una de las grandes promesas del baloncesto francés, que ya este verano ha estado en la agenda de los grandes de Europa. Un base de dos metros, mejor anotador que director.
Con el equipo al completo, Francia sería digno aspirante a casi todo. Pero, en estas circunstancias, alcanzar cuartos de final sería todo un triunfo. Aún así, será una buena piedra de toque para España.