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Maite Nolla

Algo pasa con Mariano

El PP va a presentar recursos, no porque los dichosos reglamentos sean contrarios a la Constitución o a sentencias precedentes, sino dependiendo de si causan o no problemas. Un criterio jurídico de narices.

Qué extraño efecto producen en los dirigentes del PP las entrevistas en TV3, sobre todo si les hacen madrugar. Les debe pillar en frío o con Arriola de puente, pero es que es sentarse ante el presentador estrella de la tevetrés y empezar a bailar la deliranza como el Sombrerero Loco. Pasó con la actual candidata del PP a las elecciones catalanas, que en un arranque de sinceridad absurda, presumió de preferir la televisión pública catalana para celebrar su primer aniversario en los múltiples cargos que ocupa a un acto de FAES en Navacerrada. Pueden decirme, "no seas así, mujer, debe ser una cosa de lucha entre Aznar y Génova"; no, no, si es que ella preside la FAES en Cataluña.

Lo mismo le ha pasado a Rajoy esta semana, aunque él empezó dejándose encerrar por sus medios favoritos. ¿Rajoy una agenda oculta? Mi píloro no soporta tanto humor. El caso es que aturdido después de la entrevista en El País, nos dejó la cita célebre inolvidable sobre el favor que le va a hacer el Papa al catalán. En realidad, la frase es el final de una pregunta nada inocente y de una respuesta lamentable. El presentador le espetó que el PP intenta ganar en los juzgados lo que no puede ganar en el Parlament, porque no tiene votos para ello, y que algunos lo consideran como un ataque al catalán y a Cataluña. Y ante eso Rajoy pasó palabra. En lugar de recordar que los recursos están para defender la legalidad y para protegernos de la arbitrariedad, por muy mayoritaria que ésta pueda ser, va y suelta que el recurso contra el reglamento lingüístico del Ayuntamiento de Barcelona lo ha presentado Alberto Fernández y que él "lo respeta mucho", como si no fuera con él, aunque en este caso sea verdad. Mis compañeros de Barcelona, dijo. Y luego vino lo del Papa.

Lo que se pudiera tomar como la típica entrevista a Rajoy en la que no dice nada y que sólo habla de las Pymes y de "tomar medidas", ha tenido un efecto perverso en la actuación de los populares. Cuando la presión de Ciudadanos, Paco Caja, Pepe Domingo o la defensora del Pueblo les estaba encarrilando, más o menos, González Pons, desubicado de su atril del Club de la Comedia, donde se pega esos abrazotes, va y dice que el PP no recurrirá más reglamentos como el de Barcelona o como el que recurrió Paco Caja en Lérida, "si no causan problemas". Como los que aparcan en doble fila: "aquí no molesto a nadie". Con una súper población de abogados del Estado y otros funcionarios licenciados en Derecho, el PP va a presentar recursos, no porque los dichosos reglamentos sean contrarios a la Constitución o a sentencias precedentes, sino dependiendo de si causan o no problemas. Un criterio jurídico de narices. Y todo ello en presencia de la candidata del PPC, que hasta ese momento había dicho todo lo contrario y que se ha visto obligada, desde la fecha, a cambiar el criterio.

¿Para qué le han servido a Mariano sus continuas visitas a Cataluña?

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