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Amando de Miguel

Étimos discrepantes

Me parece muy ingenioso el neologismo de brunch (= breakfast + lunch) para un desayuno tardío y frío en los días de fiesta. Seguramente fue un invento de los judíos de Nueva York.

José Javier Muñoz González insiste en su teoría de que la palabra inglesa lunch (sustantivo y verbo) proviene de una costumbre de los mineros de Riotinto. Era la de parar el trabajo a "las once" de la mañana para despachar un modesto refrigerio. De la pronunciación andaluza "la onse", los ingenieros ingleses de la compañía derivaron lunch. La historia me parece muy ingeniosa, pero no me convence. Siglos antes de que los ingleses se instalaran en Riotinto, en Inglaterra se decía luncheon para la rebanada de pan. Seguramente se tomaba a mediodía untada de nata o de mermelada. Me parece más verosímil el origen francés de luncheon, y, de ahí, lunch, un monosílabo más británico. Recordemos que durante varios siglos la clase alta de Inglaterra habló preferentemente en francés. Pero sobre étimos no hay nada definitivo. Añado que me parece muy ingenioso el neologismo de brunch (= breakfast + lunch) para un desayuno tardío y frío en los días de fiesta. Seguramente fue un invento de los judíos de Nueva York. Es sabido que los judíos no suelen cocinar los sábados. Por cierto, breakfast es literalmente romper el ayuno, es decir, desayunar. Más acertada me parece la interpretación que da don José Javier sobre la voz hoosegow (= cárcel), que se utiliza en el Oeste norteamericano. Claramente es la adaptación del español "juzgado", popularmente "jusgao". No está mal hacer equivaler el juzgado con la cárcel.

Germán Pedraz Calvo especifica que el "erario" (= aerarium) era el tesoro público de los romanos, mientras que el "fisco" (= fiscus) era el patrimonio particular del que mandaba. Añado que el "fisco" era también el cestito de mimbre donde se recogían las donaciones o limosnas de los fieles en misa. Resulta curioso que lo de "fiscal" sea ahora lo referido a los impuestos, como si fueran donaciones voluntarias. Repito que lo de "erario público" es un pleonasmo inútil, pues el erario nunca es particular. Más confuso es lo de "confiscar".

Son varios los vallisoletanos que me aclaran el origen auténtico de su gentilicio cultista. Po lo visto, hubo una expedición de caballeros de Valladolid para auxiliar a Juana de Arco, llamada la pucelle (=doncella) de Orleans. La historia me parece poco creíble. Más me convence la teoría del profesor Celso Almuiña, que me comunica César Blanco Castro. Según la cual, lo de "pucela" es un cultismo para "pozuela" (= hoya o depresión), el territorio donde se asienta Valladolid. Hay más teorías para explicar por qué los vallisoletanos son pucelanos. Lo curioso es que ese gentilicio fuera introducido por los cronistas deportivos, siempre a la búsqueda de metáforas y eufemismos. Es lógico, pues su discurso suele ser muy repetitivo.

Juan José Carballal está encantado con lo de "idiopático" de los médicos, para indicar que no saben la causa de algo. Emplean también "criptogénico", que significa más o menos lo mismo, esto es, "no tenemos ni idea". Avanzo que yo padezco algún achaque criptogénico. Me doy mucha importancia.

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